Todo lo que necesitoMuestra
Todo lo que necesito: mi porción
“¿Por qué he de desanimarme? ¿Por qué vendrían las sombras?
¿Por qué se sentiría mi corazón solitario y anhelaría el cielo y mi hogar?;
Cuando Jesús es mi porción, mi amigo por siempre es Él.
Sus ojos están puestos en el gorrión y sé que me cuida.
Canto porque soy feliz y canto porque soy libre.
Sus ojos están puestos en el gorrión y sé que Él me cuida.”
-Civilla D. Martin, 1905
No sé tú, pero la palabra porción para mí, siempre se ha distorsionado debido a la variedad de comerciales de Weight Watcherl transmitidos a lo largo de las décadas. Porción = alimento. Porción = dieta. Porción me dirige a una vida de pequeñas raciones, de privación. Significa restricción, negarme el poder disfrutar de un gran tazón de helado o detenerme prematuramente después de un mordisco de un deliciosamente rico pastel de chocolate. Porción significa tener una ración más pequeña de algo que deseo. Significa que debo inhibirme de algo que realmente quiero, y por ende, no estaré satisfecho.
Si yo digo “porción,” tú dices: ¡Control!
Me pregunto si eso es como Civilla Martin pensó la palabra porción cuando escribió la letra de esa linda canción sobre una pareja cristiana que vivió una vida feliz llena de fe mientras enfrentaban aflicciones corporales que los limitaban. (¡Busca la historia de la canción para obtener este interesante contexto!) Estoy seguro de que no estaba reflexionando sobre restricciones, como las relacionadas con azúcar y carbohidratos hoy en día. Las dietas de moda y la mentalidad de control de porciones son realmente solo una tendencia en nuestra cultura de exceso e indulgencia.
Cheetos y Cinnabon no existían a comienzos del siglo veinte. La comida no era rápida y preparar una tarta de manzana era significantemente más laborioso que abrir una caja de base de tarta de Pillsbury, desenrollar la base pre cocida y cortar pequeñas lindas formas en la perfectamente plana y redonda base para colocarlas en la parte superior. En mi opinión, una tarta de manzana casera hecha en 1905 era sin duda un premio mucho más valioso que se saboreaba con familiares y amigos juntos en una mesa que la manera en que pensamos en comer una tarta de manzana hoy. ¡Después de todo, podemos ir a la cadena de supermercados local y recoger una en menos de 30 minutos!
La palabra porción ciertamente significa medida. Una perfecta medida, no la falta de medida. Una medida que es únicamente nuestra... y de nadie más. Es la cantidad exacta que necesitamos de algo. Una definición común de porción (como sustantivo) es la "parte o ración individual de algo: tal como una parte que se recibe un regalo o una herencia”.
Un regalo, una herencia - algo que no podríamos obtener, pero que recibimos por el solo hecho de ser adoptados en la familia de Dios como hijo o hija. Jesús es nuestra porción. Nuestra parte de bien. Nuestra herencia de familia con todos los privilegios y títulos de un hijo o una hija.
El Salmo 16:5 [AMP] dice: “Tú, Señor, eres mi porción y mi copa; eres tú quien ha afirmado mi suerte. Bellos lugares me han tocado en suerte; ¡preciosa herencia me ha correspondido!” Tenemos una buena herencia porque Dios es bueno. Tenemos una buena porción, una medida perfecta asignada para mantenernos a salvo, que nos sostiene, nos permite volar sobre la tormenta y pelear batallas en Su continua fidelidad y fortaleza. Su porción y medida para nosotros es un regalo perfecto necesario en esta vida.
Reflexión:
- Cuando piensas en la palabra porción, ¿piensas en tener suficiente de algo o carencia de algo? ¿Te sientes satisfecho en este momento? ¿Por qué sí? ¿Por qué no? (¡Ahora sabes que no estoy hablando de comida!).
- ¿Le has preguntado alguna vez a Dios cuál es tu porción única en este momento? Si no lo has hecho, toma un momento para preguntarle. Pídele que te revele lo que se está interponiendo en el camino para recibir esa porción. Sé valiente. ¡Dios es fiel!
Acerca de este Plan
Dios ha ido antes que nosotros y nos protege desde atrás. Él ya tiene nuestras batallas manejadas. Tiene el punto ciego cubierto. No le sorprenden los imprevistos. Este devocional de 3 días te animará en la verdad de que Dios es el proveedor de la porción exacta, la medida exacta, para tu vida.
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