¿Cuánto es suficiente?Muestra

¿Cuánto doy?

¿Alguna vez te has preguntado por qué Dios nos pide que le devolvamos el dinero?, ¿Realmente le importa?, o más aún, ¿Realmente necesita nuestro dinero? 

La respuesta, por supuesto, es que Él No necesita nuestro dinero. Es dueño de todo y no necesita dinero. Pero, ¿qué quiere entonces? 

La respuesta tiene que ver con nuestros corazones. Dios no está juzgando nuestra apariencia exterior, Él está mirando nuestros corazones. Y muy a menudo, nuestros corazones y nuestro dinero están muy unidos. 

Mira este video con una historia bíblica sobre una mujer que dio tanto, que incluso Jesús mismo lo comentó.

Dos monedas de poco valor de una viuda y, debido a las costumbres de la época, no tenía forma de ganar su propio dinero. Y Jesús ¡dejó lo que estaba haciendo para hablar de su regalo! 

Recuerda que no se trata del tamaño del regalo. A Dios no le impresiona la cantidad que das. Está impresionado y conmovido por lo que a Ti te costó darlo. Él se fija en Tu corazón. 

Entonces, ¿significa que es malo quedarme con mi dinero y comprar lo que necesito? ¡De ninguna manera! Absolutamente no. Pero demuestra que Dios no se impresiona por las personas que hacen un espectáculo cuando dan el dinero que les sobra, a los demás. Demuestra que Él observa nuestros corazones. Demuestra que no hay "demasiado pequeño" cuando se trata de dar. Y muestra que Dios ve nuestros sacrificios por Él, aún cuando la gente no los vea.

Pregúntate: ¿Por qué regalar dinero a veces da miedo? 

Desafíate: Después de leer los dos informes de Lucas y Marcos sobre la viuda y su aportación, escribe algo importante en lo que te gustaría ayudar con dinero el día de hoy. Si tienes algo de dinero, aunque sea solo una pequeña cantidad, pregúntale a tu Mamá, Papá o alguien de tu confianza si pueden sugerirte en donde ayudar. Si no tienes dinero, entonces pide ayuda para hacer un plan para regalar cuando puedas hacerlo.

Ora: Dios, gracias por ayudarme a entender que lo que te importa no es la cantidad, es la actitud que tengo al dar. Ayúdame a dar incluso cuando sienta que no tengo mucho que ofrecer. Ayúdame a ser feliz cuando doy, al igual que la viuda del video de hoy. En el nombre de Jesús, amén.