NUESTRA ADORACION INVITA A DIOS AL RUEDOMuestra

Uno de los mayores desafíos que enfrentamos como creyentes es luchar contra el desánimo. Esto pasa cuando nuestras espectativas son insatisfechas: una relación terminó, la promoción no se logró, la escuela nos rechazó y la lista continúa. Desanimar significa quitar el coraje. Cuando nos falta coraje nos paralizamos por miedo y preocupación. Como resultado hay un desvío en nuestro destino. Vivimos estancados, sin poder avanzar hacia el propósito y los planes que Dios tiene para nuestras vidas.

Años atrás, nuestra iglesia estaba en medio de un proyecto de construcción cuando la ciudad la cerró. Era un gran compromiso para nosotros y esto nos ocasionó un gran retraso. Al mismo tiempo, mi amigo perdió a su bebé recién nacido. Todos estábamos devastados. Durante esa temporada, me sentí superado por el desánimo. Había una opción. Podía sentarme y abrazarlo o podía actuar como David hizo en los Salmos. Elegí el camino de David.

Inevitablemente, el desánimo vendrá, pero para ese momento tendremos una opción. ¿Qué hacer si eso pasa? Una de las armas más poderosas que tenemos para enfrentar el desánimo es la adoración. El salmista David ha sobresalido en ella. Él escribió: "Alabado sea el Señor, alma mía". Cuando adoramos es cuando "no olvidamos todos Sus beneficios". Al recordar lo que Dios ha hecho, quitamos la frustración de lo que no estamos viendo que suceda. La adoración es el arma que nos permite enfocarnos en lo bueno que es Dios en lugar de lo desalentadora que puede ser la vida.

¿Cuáles son los beneficios recibidos de Dios en los que podemos enfocarnos en medio de temporadas desalentadoras?

David los nombra:

- "Quién perdona todos tus pecados" —Perdón

- "Sana todas tus enfermedades" —Sanidad

- "Redime tu vida del abismo" —Redención

- "Te corona con amor y compasión" —Propósito

Si hoy estás desanimado, lucha con el arma de la adoración. Alaba a Dios por lo que ha hecho y mira como tu desánimo se convierte en coraje, tu miedo se convierte en fe y tu ansiedad se convierte en paz. Cuando adoramos, nuestro enfoque se corre de lo que no está sucediendo a lo que ya Dios ha hecho.

- Pastor Aaron Burke, Iglesia Radiant, Tampa