De Ti Depende: 3 Pasos para disfrutar el gozo del SeñorMuestra

De ti depende [levantar la vista]

En este tercer devocional quiero darte la clave final e importantísima para acceder al Gozo del Señor, un gozo que no será apagado por ninguna situación por la que debas atravesar. Un gozo que te mantendrá con la frente en alto aun cuando estés llorando, o quebrado por un profundo dolor. Un gozo que no tiene explicación humana porque es de Dios.

La clave final es: Levanta la mirada al cielo, a Cristo y sus promesas, porque nunca tendrás gozo si miras a la gente.

Siempre estamos mirando a alguien o buscando a alguien a quien mirar, y esto es así por una necesidad innata de liderazgo. Por lo general nuestra vista se aplana en nuestro mismo nivel, y nos enfocamos en personas a las que respetamos, en líderes naturales, etc., pero si esas personas atraviesan en un determinado tiempo un problema que los desmorona, lamentablemente nos derrumban a nosotros también. 

Entonces ¿cuál es la solución? Definitivamente el recurso no es cerrar los ojos y avanzar por la vida “a tientas”, sin mirar a nadie. La solución bíblica es enfocarnos en lo que realmente nos elevará por encima de las situaciones puntuales que estemos atravesando y jamás nos hará tropezar.

La Biblia nos dice claramente en dónde fijar nuestra mirada: “Fijemos la mirada en Jesús, el autor y consumador de la fe, quien por el gozo que le esperaba sufrió la cruz y menospreció el oprobio, y se sentó a la derecha del trono de Dios (Hebreos 12:2 – RVC).

Sí, estimado lector de estos devocionales, el apóstol Pablo descubrió ésta clave y la puso en práctica al igual que las dos anteriores: “...no lo he logrado, [dijo] pero me concentro únicamente en esto: olvido el pasado y fijo la mirada en lo que tengo por delante, y así avanzo hasta llegar al final de la carrera para recibir el premio celestial al cual Dios nos llama por medio de Cristo Jesús” (Filipenses 3:13-14 – NTV).

Si tus ojos están puestos en el lugar correcto jamás encontrarás motivos para rendirte. Y si tu fe descansa en la persona correcta, entonces podrás hacer tuya la promesa que Dios le dictara al profeta Isaias para sus hijos: “Cuando pases por aguas profundas, yo estaré contigo. Cuando pases por ríos de dificultad, no te ahogarás. Cuando pases por el fuego de la opresión, no te quemarás; las llamas no te consumirán” (Isaías 43:2 – NTV).

Definitivamente, mi estimado amigo y amiga, (1) con la certeza absoluta que Dios te ama desinteresada y profundamente; (2) caminando por la vida con la conciencia limpia después de haber confesado a Dios tus pecados y apartarte de ellos, (3) y luego de haber fijado tu mirada en Cristo Jesús, ten por seguro que el gozo del Señor será cada día tu fortaleza.

¡Dios te bendiga!

Andrés Palau