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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch25" data-usfm="ACT.25">
 <div class="label">25</div><div class="s1">Apelaci&#243;n al emperador</div><div class="p"> 1A los tres d&#237;as de entrar en funciones como gobernador de la provincia, Festo se traslad&#243; de Cesarea a Jerusal&#233;n. 2Una vez all&#237;, se presentaron ante &#233;l los jefes de los sacerdotes y las m&#225;s destacadas personalidades jud&#237;as para formular sus demandas contra Pablo. Le rogaron,#23,30; 25,15. 3como favor especial, que dispusiera el traslado de Pablo a Jerusal&#233;n, con la intenci&#243;n de preparar una emboscada y matarlo en el camino.#23,12-22.30. 4Pero Festo respondi&#243; que Pablo deb&#237;a seguir custodiado en Cesarea y que &#233;l mismo iba a regresar all&#237; pronto. 5Y a&#241;adi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Que vuestros dirigentes me acompa&#241;en a Cesarea y presenten acusaci&#243;n contra ese hombre, si es que ha cometido alg&#250;n delito.</div><div class="p"> 6Festo pas&#243; ocho o diez d&#237;as entre ellos y despu&#233;s regres&#243; a Cesarea. Al d&#237;a siguiente ocup&#243; su puesto en el tribunal y orden&#243; que hicieran comparecer a Pablo. 7Cuando este se present&#243;, los jud&#237;os llegados de Jerusal&#233;n lo acosaron imput&#225;ndole muchas y graves culpas, de las cuales no pod&#237;an presentar pruebas.#24,5-6.9 (ver Mc 14,55-56 y par.; Lc 23,14-15). 8Pablo, a su vez, se defendi&#243; diciendo:</div><div class="p">&#8212;No he cometido delito alguno ni contra la ley jud&#237;a, ni contra el Templo, ni contra el emperador.#(ver 6,11.13; 17,7; 18,13.15; 24,5).</div><div class="p"> 9Festo, que deseaba granjearse el favor de los jud&#237;os, dijo entonces a Pablo:</div><div class="p">&#8212;&#191;Quieres ir a Jerusal&#233;n para que yo juzgue all&#237; tu causa?#24,27.</div><div class="p"> 10Pablo respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Apelo al tribunal del emperador, que es donde debo ser juzgado. No he cometido ning&#250;n delito contra los jud&#237;os, como t&#250; bien sabes. 11Si verdaderamente soy culpable y he cometido alguna acci&#243;n que me haga reo de muerte, no me niego a morir. Pero si los cargos que se me hacen carecen de fundamento, nadie puede entregarme a los jud&#237;os. Apelo, pues, al emperador.</div><div class="p"> 12Festo cambi&#243; impresiones con sus consejeros y respondi&#243;:</div><div class="p">&#8212;Al emperador has apelado, al emperador ir&#225;s.</div><div class="s1">Pablo ante Agripa y Berenice</div><div class="p"> 13Transcurridos unos d&#237;as, llegaron a Cesarea el rey Agripa y Berenice para saludar a Festo. 14Como se quedaron all&#237; bastantes d&#237;as, Festo tuvo tiempo de referir al rey el asunto de Pablo.</div><div class="p">&#8212;Aqu&#237; hay un hombre &#8212;dijo&#8212; a quien F&#233;lix dej&#243; preso. 15Cuando fui a Jerusal&#233;n, los jefes de los sacerdotes y los dem&#225;s dirigentes jud&#237;os presentaron una denuncia contra &#233;l y pidieron su condena.#25,1-2.5-6. 16Les contest&#233; que no es norma legal romana condenar a un acusado sin previo careo con sus acusadores y sin darle oportunidad para defenderse de los cargos. 17Vinieron entonces aqu&#237; y, al d&#237;a siguiente, sin demora alguna, ocup&#233; mi puesto en el tribunal y orden&#233; que trajeran a ese hombre. 18Pero cuando los acusadores tomaron la palabra, no presentaron cargo alguno de los que yo esperaba.#18,14-15. 19Todo se reduc&#237;a a ciertas discrepancias concernientes a su religi&#243;n y acerca de un tal Jes&#250;s, que est&#225; muerto y del que Pablo afirma que vive. 20No sabiendo c&#243;mo proseguir el desarrollo de la causa, pregunt&#233; a Pablo si estaba dispuesto a ir a Jerusal&#233;n para que se instruyera all&#237; el proceso. 21Pablo, entonces, interpuso apelaci&#243;n, solicitando permanecer bajo custodia en espera del fallo de su Majestad imperial. As&#237; que he ordenado que se le custodie hasta que pueda enviarlo al emperador.</div><div class="p">Agripa dijo a Festo:#25,11-12.</div><div class="p"> 22&#8212;Desear&#237;a o&#237;r a ese hombre yo mismo.</div><div class="p">&#8212;Ma&#241;ana tendr&#225;s ocasi&#243;n &#8212;contest&#243; Festo.</div><div class="p"> 23Al d&#237;a siguiente llegaron Agripa y Berenice con un fastuoso cortejo, y entraron en la sala de la audiencia en compa&#241;&#237;a de altos jefes militares y de las m&#225;s destacadas personalidades de la ciudad. A una orden de Festo, condujeron all&#237; a Pablo. 24A continuaci&#243;n, Festo se expres&#243; de este modo:</div><div class="p">&#8212;Rey Agripa y se&#241;ores todos presentes entre nosotros: ah&#237; ten&#233;is al hombre por cuya causa han venido a m&#237; multitud de jud&#237;os, tanto aqu&#237; como en Jerusal&#233;n, pidi&#233;ndome a gritos su cabeza.#22,22. 25Sin embargo, me consta que no ha cometido ning&#250;n crimen por el cual merezca la muerte. Pero como ha apelado a su Majestad imperial, he decidido envi&#225;rselo a &#233;l.#23,29; 25,7-8.18-19 (ver Lc 23,4.14.22). 26Ahora bien, no existiendo una causa concreta de la que pueda yo informar por escrito al emperador, he querido que comparezca ante vosotros, y particularmente ante ti, rey Agripa, a fin de que, como resultado de este interrogatorio, pueda yo escribir algo al respecto. 27Y es que me parece absurdo enviar un preso sin especificar los cargos que pesan sobre &#233;l.</div>
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<div class="version vid210 iso6393spa" data-vid="210" data-iso6393="spa">
 <div class="book bkACT">
 <div class="chapter ch26" data-usfm="ACT.26">
 <div class="label">26</div><div class="s1">Defensa ante Agripa</div><div class="p"> 1Agripa dijo entonces a Pablo:</div><div class="p">&#8212;Tienes permiso para hablar en tu defensa.</div><div class="p">Pablo hizo un gesto con la mano e inici&#243; su defensa:#13,16; 21,40.</div><div class="p"> 2&#8212;Rey Agripa: soy feliz al tener ocasi&#243;n de defenderme hoy ante ti de todos los cargos que me imputan los jud&#237;os. 3Nadie mejor que t&#250;, que eres un experto conocedor de todas las costumbres y cuestiones jud&#237;as. Te ruego, pues, que me escuches con paciencia.</div><div class="p"> 4Todos los jud&#237;os saben que, desde mi primera juventud, mi vida ha transcurrido en medio de mi pueblo, en Jerusal&#233;n.#22,3. 5Me conocen desde hace tiempo y lo suficiente como para dar fe, si quieren, de que he ajustado mi vida a las directrices del partido fariseo, el m&#225;s estricto de nuestra religi&#243;n.#23,6; Flp 3,5-6. 6Ahora, sin embargo, estoy siendo procesado porque espero en la promesa que Dios hizo a nuestros antepasados;#3,25; 23,6; 24,15.21. 7promesa cuyo cumplimiento aguardan esperanzadas nuestras doce tribus, mientras rinden culto a Dios d&#237;a y noche sin cesar. Por tener esta esperanza, me acusan los jud&#237;os, rey Agripa. 8&#191;Os parece a vosotros incre&#237;ble que Dios resucite a los muertos? 9Es cierto que yo mismo cre&#237; mi deber combatir por todos los medios lo referente a Jes&#250;s de Nazaret.#8,3; 9,1-2; 22,4.19; 1 Co 15,9. #9,1-18; 22,3-16. 10As&#237; actu&#233; en Jerusal&#233;n, donde, autorizado por los jefes de los sacerdotes, encarcel&#233; a muchos fieles y di mi voto para que los condenaran a muerte. 11Recorr&#237;a tambi&#233;n a menudo todas las sinagogas, e intentaba hacerlos abjurar a fuerza de torturas. Mi sa&#241;a contra ellos lleg&#243; a tal extremo, que los persegu&#237; hasta en las ciudades extranjeras.</div><div class="s1">Pablo relata de nuevo su vocaci&#243;n</div><div class="p"> 12Esta es la raz&#243;n por la que fui comisionado por los jefes de los sacerdotes para ir con plenos poderes a Damasco. 13Me hallaba en camino, majestad, cuando a eso del mediod&#237;a vi una luz del cielo m&#225;s brillante que el sol, cuyo resplandor nos envolvi&#243; a m&#237; y a mis compa&#241;eros de viaje. 14Todos ca&#237;mos al suelo, y yo escuch&#233; una voz que me dec&#237;a en arameo: &#171;Sa&#250;l, Sa&#250;l, &#191;por qu&#233; me persigues? Te va a resultar duro dar coces contra el aguij&#243;n&#187;.#21,40 (ver nota). 15Entonces pregunt&#233;: &#171;&#191;Qui&#233;n eres, Se&#241;or?&#187;. Y el Se&#241;or respondi&#243;: &#171;Soy Jes&#250;s, a quien t&#250; persigues. 16Anda, lev&#225;ntate y ponte en pie; me he aparecido a ti para hacerte mi servidor y para que des testimonio de haberme visto y de lo que a&#250;n tengo que mostrarte. 17Yo te librar&#233; del pueblo jud&#237;o y tambi&#233;n de las naciones extranjeras, a las que he de enviarte#13,47; 22,21 (ver 1 Cr 16,35; Jr 1,5.7-8.10). 18para que les abras los ojos del entendimiento, les hagas pasar de las tinieblas a la luz y del imperio de Satan&#225;s a Dios. De este modo, por medio de la fe en m&#237;, alcanzar&#225;n el perd&#243;n de los pecados y la herencia que corresponde a los que Dios ha consagrado para s&#237;&#187;.#13,39; 20,32; Is 42,6-7.16.</div><div class="s1">Pablo, testigo de Jes&#250;s como Mes&#237;as</div><div class="p"> 19Yo, pues, rey Agripa, no desobedec&#237; aquella visi&#243;n celestial, 20sino que me dirig&#237; en primer lugar a los habitantes de Damasco, y luego a los de Jerusal&#233;n, a los de todo el pa&#237;s jud&#237;o y a los de las naciones extranjeras, proclamando la necesidad de convertirse, de volver a Dios y de observar una conducta propia de gente convertida.#3,19; 9,19-20 (ver Mt 3,8 y Lc 3,8). 21Por esta raz&#243;n me detuvieron los jud&#237;os, cuando estaba yo en el Templo, y trataron luego de asesinarme.#21,30-31. 22Pero he contado con la protecci&#243;n de Dios hasta el presente, y no ceso de dar testimonio a peque&#241;os y grandes, afirmando &#250;nicamente lo que tanto los profetas como Mois&#233;s predijeron que hab&#237;a de ocurrir:#3,13-15.18; 4,2; Lc 24,44-47; 1 Co 15,20; Col 1,18 (ver Is 42,6; 49,6). 23a saber, que el Mes&#237;as ten&#237;a que padecer, pero que ser&#237;a el primero en resucitar de la muerte para anunciar la luz tanto al pueblo jud&#237;o como a las dem&#225;s naciones.</div><div class="s1">Agripa es invitado a creer</div><div class="p"> 24Estaba Pablo ocupado en el desarrollo de su defensa, cuando intervino Festo dici&#233;ndole en voz alta:</div><div class="p">&#8212;&#161;Pablo, est&#225;s loco; el mucho estudio te hace desvariar!</div><div class="p"> 25&#8212;No estoy loco, nobil&#237;simo Festo &#8212;respondi&#243; Pablo&#8212;. Los argumentos que presento son verdaderos y razonables. 26El rey est&#225; versado en estos temas, y a &#233;l puedo hablarle con plena confianza. Tengo la convicci&#243;n de que no desconoce ning&#250;n detalle de todas estas cosas, ya que han acontecido a la vista de todos.#Jn 18,20. 27&#191;Acaso, rey Agripa, no crees en lo que dijeron los profetas? Estoy seguro de que s&#237; crees.</div><div class="p"> 28&#8212;&#161;Por poco me convences para que me haga cristiano! &#8212;contest&#243; Agripa.</div><div class="p"> 29&#8212;&#161;Por poco o por mucho &#8212;respondi&#243; Pablo&#8212;, ruego a Dios que no solo t&#250;, sino todos los que hoy me escuchan, lleguen a ser lo que yo soy, a excepci&#243;n de estas cadenas!</div><div class="p"> 30En este momento se levant&#243; el rey, junto con el gobernador, Berenice y toda la concurrencia. 31Mientras se retiraban, comentaban entre s&#237;:</div><div class="p">&#8212;Este hombre no ha hecho nada que merezca la muerte o la prisi&#243;n.#23,29; 25,11.21.</div><div class="p"> 32Y Agripa dijo a Festo:</div><div class="p">&#8212;Bien podr&#237;a ser puesto en libertad, de no haber apelado al emperador.</div>
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 <div class="book bkHEB">
 <div class="chapter ch9" data-usfm="HEB.9">
 <div class="label">9</div><div class="s1">Los dos santuarios</div><div class="p"> 1Ciertamente la primera alianza dispon&#237;a de un ritual para el culto y de un santuario terrestre. 2En efecto, la Tienda de la presencia estaba preparada de forma que en la primera parte, llamada &#171;lugar santo&#187;, se encontraban el candelabro, la mesa de las ofrendas y los panes que se presentaban a Dios.#Ex 25,23-40; 26,1-30. 3Detr&#225;s de la segunda cortina estaba la parte de la Tienda llamada &#171;lugar sant&#237;simo&#187;,#Ex 26,31-33. 4donde hab&#237;a un incensario de oro y el Arca de la alianza totalmente recubierta de oro. En esta &#250;ltima se guardaba una urna de oro que conten&#237;a el man&#225;, la vara de Aar&#243;n en otro tiempo florecida y las tablas sobre las que estaban escritas las cl&#225;usulas de la alianza.#Ex 25,10-22 (ver Ex 16,32-34); 40,20; Nm 17,16-25; Dt 10,3-5; 1 Re 8,9. 5Encima del Arca estaban los querubines, representantes de la presencia gloriosa de Dios, que cubr&#237;an el llamado &#171;propiciatorio&#187;. Pero no es este el momento de entrar en m&#225;s detalles sobre el particular.</div><div class="p"> 6As&#237; dispuestas las cosas, los sacerdotes entran continuamente en la primera parte de la Tienda para celebrar el culto.#Nm 18,2-6. 7Pero en la segunda parte entra &#250;nicamente el sumo sacerdote una vez al a&#241;o, con la sangre de las v&#237;ctimas ofrecidas por sus propios pecados y por los que el pueblo comete inadvertidamente.#Lv 16,2.12.15. 8Con esto quiere dar a entender el Esp&#237;ritu Santo que, mientras ha estado en pie la primera Tienda de la presencia, el camino del verdadero santuario ha permanecido cerrado. 9Todo lo cual tiene un alcance simb&#243;lico referido a nuestro tiempo. En efecto, las ofrendas y sacrificios presentados all&#237; eran incapaces de perfeccionar interiormente a quien los presentaba.#10,1-4.11. 10Eran simplemente alimentos, bebidas o ritos purificatorios diversos; observancias todas ellas exteriores, v&#225;lidas &#250;nicamente hasta el momento en que se instaurara el nuevo orden de cosas.#1 Co 10,6.11; Col 2,16-17.</div><div class="p"> 11Pero Cristo se ha presentado como sumo sacerdote de los bienes definitivos. Y siendo el suyo un santuario mayor y m&#225;s valioso, no fabricado por manos humanas y por tanto no perteneciente al mundo creado,#2,17. 12entr&#243; una vez por todas en &#171;el lugar sant&#237;simo&#187;, no con sangre de machos cabr&#237;os o de toros, sino con la suya propia, rescat&#225;ndonos as&#237; para siempre.#9,26; 10,10.</div><div class="s1">Los dos sacrificios</div><div class="p"> 13Se da por hecho que la sangre de machos cabr&#237;os y de toros, as&#237; como las cenizas de una ternera, tienen poder para restaurar la pureza externa cuando se esparcen sobre quienes son considerados ritualmente impuros.#Lv 16,14-16; Nm 19,9.17-19. 14&#161;Pues cu&#225;nto m&#225;s eficaz ser&#225; la sangre de Cristo que, bajo la acci&#243;n del Esp&#237;ritu eterno, se ha ofrecido a Dios como v&#237;ctima sin mancha! &#161;Cu&#225;nto m&#225;s ser&#225; capaz de limpiar nuestra conciencia de las acciones que causan la muerte para que podamos dar culto al Dios viviente!#10,19; 1 Pe 1,18-19; 1 Jn 1,7.</div><div class="p"> 15Precisamente por eso, Cristo es el mediador de una alianza nueva. Con su muerte ha obtenido el perd&#243;n de los pecados cometidos durante la antigua alianza, haciendo posible que los elegidos reciban la herencia eterna prometida.#8,8-12; 12,24. 16Todos saben que para que un testamento surta efecto, es necesario que conste la muerte de quien lo otorg&#243;; 17en vida del testador no tiene ninguna validez ya que solo a partir de la muerte adquiere valor un testamento. 18De ah&#237; que tambi&#233;n la primera alianza dio comienzo con un rito de sangre. 19En efecto, cuando Mois&#233;s termin&#243; de explicar a todo el pueblo los preceptos de la ley, tom&#243; sangre de los toros y los machos cabr&#237;os, la mezcl&#243; con agua y, vali&#233;ndose de un poco de lana roja y de una rama de hisopo, roci&#243; con ella al libro de la ley y a todo el pueblo#10,29; 12,24; 13,20; Ex 24,3-8; Za 9,11; Mt 26,28; 1 Co 11,25. 20diciendo: Estaes la sangre que ratifica la alianza que Dios ha establecido con vosotros. 21Despu&#233;s roci&#243; con sangre la Tienda de la presencia y todos los objetos reservados para el culto. 22Y es que, seg&#250;n la ley, pr&#225;cticamente todas las cosas se purifican mediante la sangre y, si no hay derramamiento de sangre, tampoco hay perd&#243;n.#Lv 17,11.</div><div class="p"> 23Se necesitaban, pues, tales sacrificios para purificar lo que solo era esbozo de las realidades celestiales; pero estas mismas realidades celestiales precisaban de sacrificios m&#225;s valiosos. 24Por eso Cristo no entr&#243; en un santuario construido por manos humanas &#8212;que era simple imagen del verdadero santuario&#8212;, sino que entr&#243; en el cielo mismo donde ahora intercede por nosotros en presencia de Dios.#1 Jn 2,1. 25Y tampoco tuvo que ofrecerse muchas veces, como tiene que hacerlo el sumo sacerdote jud&#237;o que a&#241;o tras a&#241;o entra en &#171;el lugar sant&#237;simo&#187; con una sangre que no es la suya. 26De no ser as&#237;, Cristo deber&#237;a haber padecido muchas veces desde que el mundo es mundo; y, sin embargo, le ha bastado con manifestarse una sola vez ahora, en el momento culminante de la historia, destruyendo el pecado con el sacrificio de s&#237; mismo.#Ga 4,4.</div><div class="p"> 27Y as&#237; como est&#225; establecido que todos los seres humanos deben pasar por la muerte una sola vez para ser a continuaci&#243;n juzgados, 28as&#237; tambi&#233;n Cristo se ofreci&#243; una sola vez para cargar con los pecados de la humanidad. Despu&#233;s se mostrar&#225; por segunda vez, pero ya no en relaci&#243;n con el pecado, sino para salvar a quienes han puesto su esperanza en &#233;l.#Is 53,12; 1 Pe 2,24; Flp 3,20; 1 Ts 1,10; 2 Tm 4,8.</div>
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 <div class="book bkHEB">
 <div class="chapter ch10" data-usfm="HEB.10">
 <div class="label">10</div><div class="s1">El sacrificio de Cristo, superior a todos los dem&#225;s</div><div class="p"> 1La ley de Mois&#233;s es solo una sombra de los bienes futuros y no la realidad misma de las cosas. Por eso es incapaz de hacer perfectos a quienes, todos los a&#241;os sin falta, se acercan a ofrecer los mismos sacrificios.#Is 1,11-13; Jr 6,20; Am 5,21-25; Os 6,6; Mi 6,6-8. 2Si fuera de otro modo, ya habr&#237;an dejado de ofrecer tales sacrificios, pues quienes los ofrecen, una vez limpios, ya no tendr&#237;an por qu&#233; seguir sinti&#233;ndose culpables. 3Y, sin embargo, a&#241;o tras a&#241;o esos sacrificios les recuerdan que siguen bajo el peso del pecado, 4pues es imposible que la sangre de toros y machos cabr&#237;os pueda borrar los pecados. 5Por eso dice Cristo al entrar en el mundo:</div><div class="b"></div><div class="q"> No has querido ofrendas ni sacrificios,</div><div class="q"> sino que me has dotado de un cuerpo. # Sal 40,6-7 (versi&#243;n griega de los LXX). </div><div class="q"> 6Tampoco han sido de tu agrado</div><div class="q"> los holocaustos y las v&#237;ctimas expiatorias.</div><div class="q"> 7 Entonces dije:</div><div class="q"> Aqu&#237; vengo yo, oh Dios, para hacer tu voluntad,</div><div class="q"> como est&#225; escrito acerca de m&#237;</div><div class="q"> en un t&#237;tulo del libro.</div><div class="b"></div><div class="p"> 8En primer lugar dice: No has querido ni han sido de tu agrado las ofrendas, los sacrificios, los holocaustos y las v&#237;ctimas expiatorias &#8212;cosas todas que se ofrecen de acuerdo con la ley&#8212;. 9Y a continuaci&#243;n a&#241;ade: Aqu&#237; vengo yo para hacer tu voluntad, con lo que deroga la primera disposici&#243;n y confiere validez a la segunda. 10Y al haber cumplido Jesucristo la voluntad de Dios, ofreciendo su propio cuerpo una vez por todas, nosotros hemos quedado consagrados a Dios.#9,26.</div><div class="p"> 11Cualquier otro sacerdote desempe&#241;a cada d&#237;a su ministerio ofreciendo una y otra vez los mismos sacrificios que son incapaces de borrar definitivamente los pecados.#10,1-3; Ex 29,38. 12Cristo, en cambio, despu&#233;s de ofrecer de una vez para siempre un solo sacrificio por el pecado, est&#225; sentado junto a Dios.#Sal 110,1 (ver Mt 22,44). 13Espera &#250;nicamente que Dios ponga a sus enemigos por estrado de sus pies. 14Y as&#237;, ofreci&#233;ndose en sacrificio una &#250;nica vez, ha hecho perfectos de una vez para siempre a cuantos han sido consagrados a Dios.#Jn 17,19. 15El mismo Esp&#237;ritu Santo lo atestigua cuando, despu&#233;s de haber dicho:</div><div class="b"></div><div class="q"> 16 Esta es la alianza que sellar&#233; con ellos</div><div class="q"> cuando llegue aquel tiempo &#8212;dice el Se&#241;or&#8212;:</div><div class="q"> inculcar&#233; mis leyes en su coraz&#243;n</div><div class="q"> y las escribir&#233; en su mente. # 
 8,10.12; Jr 31,31-34. </div><div class="b"></div><div class="p"> 17Y a&#241;ade:</div><div class="b"></div><div class="q"> No me acordar&#233; m&#225;s de sus pecados,</div><div class="q"> ni tampoco de sus iniquidades.</div><div class="b"></div><div class="p"> 18Ahora bien, donde el perd&#243;n de los pecados es un hecho, ya no hay necesidad de ofrendas por el pecado.</div><div class="s1">Exhortaci&#243;n a la perseverancia</div><div class="p"> 19As&#237; pues, hermanos, la muerte de Jes&#250;s nos ha dejado v&#237;a libre hacia el santuario,#9,12.14. 20abri&#233;ndonos un camino nuevo y viviente a trav&#233;s del velo, es decir, de su propia humanidad. 21Jes&#250;s es, adem&#225;s, el gran sacerdote puesto al frente del pueblo de Dios. 22Acerqu&#233;monos, pues, con un coraz&#243;n sincero y lleno de fe, con una conciencia purificada de toda maldad, con el cuerpo ba&#241;ado en agua pura. 23Mantengamos fielmente la esperanza que profesamos porque quien ha hecho la promesa es fiel, 24y estimul&#233;monos mutuamente en la pr&#225;ctica del amor y de las buenas obras. 25Que nadie deje de asistir a las reuniones de su iglesia, como algunos tienen por costumbre; al contrario, animaos unos a otros, tanto m&#225;s cuanto est&#225;is viendo que se est&#225; acercando el d&#237;a.</div><div class="s1">Advertencia contra la apostas&#237;a</div><div class="p"> 26Porque si despu&#233;s de haber conocido la verdad continuamos pecando intencionadamente, &#191;qu&#233; otro sacrificio podr&#225; perdonar los pecados? 27Solo queda la temible espera del juicio y del fuego ardiente que est&#225; presto a devorar a los rebeldes.#Is 26,11.</div><div class="p"> 28Si uno quebranta la ley de Mois&#233;s y dos o tres testigos lo confirman, es condenado a muerte sin compasi&#243;n.#Dt 17,6; 19,15; Mt 18,16; 2 Co 13,1; 1 Tm 5,19. 29Pues &#161;qu&#233; decir de quien haya pisoteado al Hijo de Dios, haya profanado la sangre de la alianza con que fue consagrado y haya ultrajado al Esp&#237;ritu que es fuente de gracia! &#191;No merece un castigo mucho m&#225;s severo?#9,20; 12,24; 13,20; Mt 26,28; 1 Co 11,25. 30Conocemos, en efecto, a quien ha dicho: A m&#237; me corresponde tomar venganza; yo dar&#233; a cada uno seg&#250;n su merecido. Y tambi&#233;n: El Se&#241;or es quien juzgar&#225; a su pueblo.#Dt 32,35-36. 31&#161;Tiene que ser terrible caer en las manos del Dios viviente!</div><div class="s1">Nos espera una gran recompensa</div><div class="p"> 32Recordad aquellos d&#237;as, cuando apenas acababais de recibir la luz de la fe y tuvisteis ya que sostener un encarnizado y doloroso combate.#6,4. 33Unos fuisteis p&#250;blicamente escarnecidos y sometidos a tormentos; otros os hicisteis solidarios con los que as&#237; eran maltratados. 34Os compadecisteis, efectivamente, de los encarcelados y soportasteis con alegr&#237;a que os despojaran de vuestros bienes, seguros como estabais de tener a vuestro alcance unos bienes m&#225;s valiosos y duraderos.#13,3.</div><div class="p"> 35No perd&#225;is, pues, el &#225;nimo. El premio que os espera es grande. 36Pero es preciso que se&#225;is constantes en el cumplimiento de la voluntad de Dios, para que pod&#225;is recibir lo prometido.#6,12; Lc 21,19. 37Falta poco, muy poco, para que venga sin retrasarse el que ha de venir.#Is 26,20. 38Y el justo por la fe vivir&#225; ; mas si se acobarda, dejar&#225; de agradarme.#Ha 2,3-5. 39Nosotros, sin embargo, no somos de los que se acobardan y terminan sucumbiendo. Somos gente de fe que buscamos salvarnos.</div>
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