Deja de morir y comienza a vivirMuestra

La vida es un viaje

La tercera cosa que necesitamos recordar para dejar de morir y comenzar a vivir, es que la vida es un viaje, no un destino. Debemos disfrutarla.

Hay una historia acerca de un hombre llamado Earl P. Haney quien perdió todo en el 1920. Él estaba tan preocupado que desarrolló úlceras que le estaban comiendo parte de su estómago. Se enfermó de tal manera que los especialistas le dijeron que no había cura. Hasta que un día él se dijo a sí mismo que no tenía más nada a lo que aspirar, más que la muerte, entonces pensó que haría lo máximo con el poco tiempo que le quedaba. Les dijo a sus médicos que iba a viajar por el mundo, a lo que respondieron que, de hacerlo, moriría. Sin embargo, él hizo todos los arreglos para viajar en un barco, envió su ataúd al barco y arregló todo para que, en caso de morir, su cuerpo fuera enterrado en su estado natal de Nebraska. Se embarcó en el SS President Adams de Los Ángeles a China. Casi inmediatamente comenzó a sentirse mejor, a comer y a disfrutar de la vida como hacía años no podía. Recuperó su perfecto estado de salud. Dejó de morir y comenzó a vivir. ¿Qué era lo peor que le podía pasar? Morir. Entonces el aceptó lo peor, pues cuando no tienes nada más que perder, tienes ¡TODO POR GANAR!

2 de Reyes 7 nos cuenta la historia de cuatro leprosos sentados a las afueras de la ciudad de Samaria que estaba sitiada, había gente muriendo dentro y fuera de la ciudad, y ellos comenzaron a pensar que morirían más allá de lo que hicieran o no hicieran. Entonces aceptaron lo peor, decidieron levantarse y comenzar a caminar hacia el campo enemigo para rendirse y así poder vivir, y cuando estaban caminando hacia allá descubrieron que el enemigo se había marchado. Todo lo que tuvieron que hacer para vivir fue aceptar lo peor, librarse del miedo, levantarse y comenzar a caminar, comenzar a vivir.

Cuando aceptamos lo peor, no tenemos nada para perder en ese momento, más que el miedo y las preocupaciones que nos están destruyendo. El miedo y la preocupación tratan de dominarnos y frenarnos. Cuando aceptamos que no tenemos nada que perder, significa que tenemos todo por ganar, y ahí es cuando comenzamos a llenar nuestras vidas de un futuro positivo. Allí es donde viene el gozo, la emoción, cuando comenzamos a vivir y disfrutar la vida.

Dios dice en su Palabra que sus misericordias son nuevas cada día. Cada día cuando te despiertas recuerda que Dios puede hacer milagros hoy, puede traer sorpresas, puede aparecer y hacer cosas que nunca antes había hecho. Despiértate cada día pensando que hoy es un día espectacular, deshazte del miedo y las preocupaciones. Sal y vive, no te escondas. Sal y haz lo que siempre has querido hacer. ¿Qué hay en tu corazón? ¿Cuál es tu visión? ¿Qué ves en tu mañana? ¡Sal y hazlo! Cuando lo hagas dejarás de morir y comenzarás a vivir.

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