Desarrollando una iglesia saludable Muestra

Las iglesias saludables crecen y se reproducen

¿Qué produce un manzano? Esto puede verse como una simple pregunta, pero muchas veces nuestra respuesta es incompleta. La respuesta “manzanas” es correcta, pero por sí sola, se pierde el enfoque del manzano. Los manzanos estaban destinados a crear más manzanas, que estaban destinadas a crear más manzanos, que estaban destinados a crear más manzanas, que estaban destinadas a crear más manzanos. Entiendes la idea. Los manzanos no solo producen manzanas. Un manzano saludable no solo tiene el potencial para crear muchas manzanas, sino también muchos manzanos.

Amamos esta imagen del manzano como una metáfora para las iglesias saludables. Las iglesias saludables no solo se apasionan por acrecentar su iglesia, sino también en el crecimiento de otras. Su influencia y crecimiento va más allá de sus paredes. En la iglesia primitiva, ves esta explosión de crecimiento. No solo se llegó y se cambió a las personas de un área, sino que grupos de personas de diferentes áreas se juntaron para alcanzar más personas.

Al final de Hechos, vemos que las iglesias (plural) se fortalecían y crecían a diario. ¡Esa explosión de crecimiento es la razón por la que incluso estamos leyendo este Plan! El crecimiento no es una opción para las iglesias saludables; es una responsabilidad. Y, el crecimiento no es solo para una iglesia. Se trata de la Iglesia “con I mayúscula”, el cuerpo global de Cristo. Las iglesias saludables crecen y se reproducen.

Mientras lees los pasajes de hoy, oro para que Dios te anime a aceptar el poder y la responsabilidad de su Iglesia, ¡y reconocer la semilla de grandeza que Él ha plantado en ti! Así como en la iglesia primitiva, ¡todavía estamos llamados a crecer y reproducirnos!