¿Un buen año?Muestra

Debido a la pandemia de este tiempo, muchos países, por no decir todos, entramos en una cuarentena obligatoria. Mi país, El Salvador, no fue la excepción. Estuvimos 4 meses en cuarentena obligatoria. Las salidas con amigos, los viajes y cualquier evento quedaba suspendido y estaba prohibido organizar un evento. Debido a esto, en las redes sociales se podía observar cierta decepción, cierto desánimo porque la gente no podía hacer ninguna actividad. Escuchaba personas decir que esto era lo peor que podía haberle pasado. Literalmente escuchaba decir a las personas que les habían robado la felicidad.

Y empecé a reflexionar sobre el hecho de que, desde cuándo el concepto de tener un buen año se resume únicamente en los viajes por el mundo o en las salidas con nuestros amigos. En resumen, el bien propio. Debemos cambiar esa realidad, que tener un buen año también signifique que pudimos ayudar a alguien, que pudimos ayudar a esas familias necesitadas. Que tener un buen año signifique que pudimos ayudar a esas personas que estaban en las calles sufriendo de frío y hambre.

Que al final del año lleguemos a preguntarnos qué pudimos hacer por los demás y no qué pudimos hacer por nosotros. Y yo sé muy bien que uno no puede cambiar el mundo en su totalidad, pero sí soy consciente demque podemos cambiarle el mundo a alguien. Pon atención, porque a la vuelta de la esquina hay alguien con necesidad, hay alguien que está esperando que llegue alguien a cambiar su mundo. Me podrás decir: «Yo no tengo mucho dinero para ayudar alguien». Y yo te digo: «A veces no es necesario dar dinero, muchas veces podéis cambiarle el día a alguien con una palabra o una sonrisa».

Hoy en día podemos ver cómo el dolor está en todas partes. Muchas veces no nos damos cuenta de que a nuestro  lado hay alguien que lo está pasando peor que nosotros. A lo mejor me dices que tú no estás preparado para ayudar a otra persona porque te sientes muy mal. La Biblia dice en Lucas 6:38: De la manera en que  mides, de la manera en que das, así vas a recibir. Yo llego a la conclusión de que el remedio para nuestro dolor es ayudar a las personas que lo están pasando peor.

Ayuda. La mejor gente para ayudar a otros es aquella que ha sufrido. Cuando tú ministras, te sanas. Dad y se os dará. El remedio es dar el consuelo que nunca recibiste. Yo era alguien mucho más quebrantado años anteriores y sigo estándolo, pero me fui sanando mientras seguía ministrando, ayudando a otros a salir adelante. Entiendo a los que toda la vida fueron menospreciados, entiendo a los que muchas veces no tienen qué comer porque estuve ahí.

Y tú también puedes entender a los que lloran por lo mismo que lloras o has llorado tú. Te lo repito, la mejor gente para ayudar a otros somos tú y yo. La mejor gente para ayudar es la gente que ha sufrido.

 Para más información del ministerio «Conexión Directa», visita:  https://www.instagram.com/josemoralessm/