7 días para traer el Cielo a la Tierra.Muestra

¡La oración es el arma más poderosa!

Seguimos juntos este estudio sobre cómo traer el Cielo a la Tierra, y lo que Dios nos llama a hacer como embajadores del Reino de los Cielos.

Hoy te animo a tomar este desafío que nos es lanzado por el apóstol Pablo en la Biblia: «Orad sin cesar. Dad gracias en todo, porque esta es la voluntad de Dios para con vosotros en Cristo Jesús» (1 Tesalonicenses 5:17-18).

La oración es el arma más poderosa del cristiano: ¡tiene el poder de cambiar el curso de la historia, e incluso de inclinar el corazón de Dios!

Cuando Dios, lleno de tristeza, decidió destruir las ciudades de Sodoma y Gomorra, Abraham se puso a interceder por estas dos ciudades, y logró salvar a su sobrino Lot y su familia. Su corazón sufría al ver a justos destruidos con una población malvada, por lo que intercedió por ellos (mira Génesis 18:23-33).

Estoy convencido de que el corazón de Dios estaba profundamente tocado al ver a su hijo Abraham interceder por estas dos ciudades. A cada propuesta que Abraham hacía, Dios aceptaba y continuaba escuchando pacientemente.

¡Eres un/a embajador/a del Cielo, y tu oración tiene tanto peso como la de Abraham!

La cuarta clave para traer el Cielo a la Tierra, por tanto, es: ¡Ora de todo corazón!

Jesús dijo: «Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público» (Mateo 6:6). 

Lo que siembras en oración, en lo secreto, Dios lo contestará abiertamente, en público.

Si no sabes bien cómo orar por tu familia, por tus hijos/as, por tus  estudios, por tu porvenir profesional o sentimental, por tus amigos... te animo a que entres en tu habitación y que empieces a declarar simplemente versículos sobre esas situaciones. Aquí tienes unos cuantos:

• «Pero yo y mi casa serviremos a Jehová» (Josué 24:15)
• «Porque Yo sé los pensamientos que tengo acerca de vosotros, dice Jehová, pensamientos de paz, y no de mal, para daros el fin que esperáis» (Jeremías 29:11)
• «Todo lo puedo en Cristo que me fortalece» (Filipenses 4:13)
• «Porque Tú, Señor, eres bueno y perdonador, y grande en misericordia para con todos los que te invocan» (Salmos 86:5)

Solo la oración tiene el poder de marcar la diferencia en tu vida, en la vida de tus seres queridos, y en el círculo de influencia que Dios te ha confiado. ¡Te invito a orar, ya que es así como el amor de Dios brillará alrededor de ti!

¿Por qué no oramos juntos ahora, querido/a amigo/a? «Señor, creo que soy uno/a de tus embajadores/as, y te agradezco por esta misión especial que me has confiado de representar tu Reino aquí en la Tierra. Ayúdame a orar más a menudo, guíame a ello. Dame las palabras, y que yo pueda regocijarme igualmente de estos momentos de intimidad contigo. En el nombre de Jesús. ¡Amén!»

Gracias por existir,
Éric Célérier