7 días para pelear la buena batalla.Muestra

¡No prestes oído a tus dudas!

Seguramente, como a todos, en ocasiones te vendrán dudas a la mente, tales como: «¿Se preocupa Dios verdaderamente por mí? ¿Cómo sé que no me va a abandonar? ¿Me mostrará su fidelidad de nuevo?»

Dudar es lo más «natural» del mundo. Dios no te condena por tener dudas; de hecho, tus dudas no son un problema para Dios, ya que forman parte de tu naturaleza humana. Incluso los discípulos, que vivieron con Jesús más de 3 años y presenciaron milagros increíbles, dudaron en algunos momentos. El mismo Pedro que afirmó con certeza que Jesús era el Mesías, el Hijo de Dios vivo (mira Mateo 16:16), es el que, unos capítulos más adelante, dudó al ver las fuertes olas y comenzó a hundirse (mira Mateo 14:30).

Esto es lo que me gustaría que retuvieras como enseñanza en este día:

• Tus dudas no son un problema para Dios, siempre y cuando se las entregues a Él. ¡No dejes que se afiancen en tu corazón! Si lo haces, les das permiso para que den vueltas y vueltas en tu espíritu, y para que te estorben una y otra vez. Cuando se las entregas a Dios y le pides su ayuda para ser libre de ellas, les quitas toda influencia sobre tu vida. 
• ¡No prestes oído a tus dudas, sino al contrario, mándalas callar y deja que sea la Palabra de Dios la que lleve la voz cantante en tus pensamientos! Él sabrá tranquilizarte y poner paz en tu corazón. Me gusta este versículo que dice: «Confiad en Jehová perpetuamente, porque en Jehová el Señor está la fortaleza de los siglos» (Isaías 26:4).

Te animo hoy a que no dudes más, sino que confíes plenamente en Dios. Rechaza esas dudas que vienen a tu mente, y agárrate hoy a Cristo. Él es el Eterno, tu Roca fuerte: Él te dará la paz y tranquilidad de espíritu que necesitas en la medida en la que te agarres a Él con todo tu ser. ¡Sí, querido/a amigo/a, tus dudas huyen hoy ante Él!

Gracias por existir,
Éric Célérier