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El Padre NuestroMuestra

The Lord's Prayer

DÍA 7 DE 8

Protección

Y no nos dejes caer en tentación, mas líbranos del mal

La Biblia da por sentado que estamos en una lucha contra el mal y que esta es una batalla que no implica simplemente que resistamos algún tipo de principios abstractos del mal, sino también el mal en una forma personal. La idea de algún poder maligno e inteligente del mal operando en el mundo hoy es algo que muy pocas personas, a menos que sean religiosas, toman en serio. Dada la evidencia del mal en el mundo de hoy, encuentro que esto es algo sorprendente. Probablemente hay varias razones para este desprecio: el mal es a menudo caricaturizado (pensemos en el diablo de dibujos animados vestido de rojo con el tridente) o abusado como en los trágicos casos de exorcismos que salen mal, o esas declaraciones más bien patéticas como "el diablo me hizo hacerlo'.

De hecho, comencemos con esa curiosa frase de el maligno. Las versiones bíblicas más antiguas del Padrenuestro tenían la idea de que fuéramos “liberados del mal” como si fuera una especie de estado filosófico abstracto. Sin embargo, hay un acuerdo general en que de lo que Jesús está hablando aquí es de la liberación de un maligno. Hay muchos temas aquí y los remito a mi libro sobre el Padrenuestro para una cobertura más detallada. Sin embargo, parece que para ser cualquier tipo de "cristiano bíblico" consistente debemos creer en la presencia en el mundo de alguna entidad espiritual maligna, infinitamente inferior a Dios, pero sin embargo capaz de oponerse a Él y que es un oponente malicioso y poderoso de Dios. De hecho, tal como es el mundo, a menudo es más fácil creer en la existencia de un diablo que creer en un Dios bueno. 

Aquí se menciona al maligno como un agente de tentación. Esto también requiere un manejo cuidadoso. Un peligro es que imaginamos que es Dios mismo quien hace la tentación y que, en el Padrenuestro, le estamos pidiendo a Dios que “se relaje”. Quizás la mejor manera de ver esta cláusula sea hacer una distinción entre prueba y tentación. Las pruebas, ya sean físicas o espirituales, son algo bueno. Pasar una prueba es algo que anima y nos permite darnos cuenta de que hemos crecido. Sin embargo, si Dios puede usar una prueba para hacernos crecer, el diablo puede convertirla en tentación para quebrantarnos. 

Puede ser útil pensar que de lo que habla este pasaje es algo que puede describirse tanto como tentación como prueba. Desde el punto de vista de Dios lo que estamos recibiendo es una prueba para demostrar la calidad de nuestra fe; si pasamos la prueba podremos sentirnos alentados ante esta señal de nuestro crecimiento espiritual. Pero si asumimos la existencia del diablo, entonces la misma prueba puede verse desde una perspectiva diferente; si fallamos, entonces habrá asestado un golpe contra nuestra fe cristiana.

Entonces, ¿qué estamos orando aquí? Sencillamente estamos orando para que, ante la tentación o la prueba, triunfemos y no caigamos. Estamos orando para que Dios nos ayude a resistir los desafíos del maligno. Permítanme ofrecerles aquí tres sugerencias.

Primero, debemos reconocer que todos los días, en todos los sentidos, hay pruebas y tentaciones que se dirigen hacia nosotros. Necesitamos estar preparados.

En segundo lugar, no nos enfrentamos indefensos al maligno. Dios ha dado a sus hijos el Espíritu Santo para ayudarles. Es un acto de increíble insensatez tratar de hacer frente a algún tipo de tentación grave sin recurrir a aquel que Dios ha dado a sus hijos para que los defienda.

En tercer lugar, es una táctica clásica del “maligno” que cuando caemos –y todos caemos en algún momento u otro– trata de hacernos creer que, con este fracaso, hemos terminado permanentemente con Dios. En realidad, si de verdad somos hijos de Dios, aunque el hecho de no pasar la prueba entristece a nuestro Padre celestial, no es motivo para que nos rechace. Nuestro fracaso en pasar la prueba no destruye la naturaleza de nuestra relación con nuestro Padre celestial – seguimos siendo sus hijos – pero sí daña la calidad de nuestra relación.

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Acerca de este Plan

The Lord's Prayer

Únase a J. John en un estudio de ocho días sobre el Padre Nuestro, esa enseñanza increíblemente profunda y útil dada por Jesús sobre cómo debemos orar.

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Queremos dar las gracias a J JOHN por facilitarnos este plan. Para más información, visite: https://canonjjohn.com