Déjame Vivir en PazMuestra

El hecho de no angustiarte y no vivir con temor es una decisión. Jesús prometió que nos dejaría una paz distinta de la de este mundo, y esa paz es una decisión que requiere madurez de fe. 

Recientemente estuve predicando en nuestra iglesia en Monterrey, y en mi regreso, cuando estaba a punto de embarcar el vuelo para salir del país, me di cuenta de que había perdido el papel que me habían entregado en migraciones al ingresar a México. Muchos de ustedes sabrán que es obligatorio presentar este papel para salir del país sin pagar una multa. 

Pero lo había perdido, la multa era de 27 dólares y sólo se podía abonar en efectivo. No llevaba este dinero conmigo, así que fui primeramente al banco, luego al cajero, y luego volví al mostrador de la aerolínea, pero no hubo forma de conseguir ese dinero en efectivo. Se imaginarán mi frustración. Consciente de que no podría abordar mi vuelo, llamé a mi esposa Lucy y le avisé que llegaría a casa al día siguiente, un martes muy cargado, con reuniones y entrevistas. 

En medio de todo eso, apareció otro señor totalmente enojado y entró a la oficina del aeropuerto gritando, llorando e insultando, porque también había perdido su papel y no encontraba efectivo para abonarlo. 

Al verlo, hice un autoanálisis de la situación y pensé: “¿voy a permitir que esto robe mi paz?”

Apenas decidí que tomaría la situación con calma, sonó mi teléfono. Steven, nuestro pastor de campus en Monterrey, había conseguido un vuelo que me permitiría llegar con el tiempo suficiente para cumplir con todos mis compromisos del domingo. 

En el mismo momento en que tomé la decisión de no permitir que la situación robara mi paz, llegó la solución. ¿Cuántas veces no vemos la solución porque permitimos que situaciones roben nuestra paz? ¿Qué respuesta vamos a tener cuando el que viene a robar, matar y destruir golpee a la puerta de nuestra vida?