3 Claves para criar a tus hijosMuestra

 Clave 3: SU FORMACIÓN ESPIRITUAL

La enseñanza espiritual es un valor que ayudará al niño que un día se convertirá en adulto a poder encontrar una vida trascendente. Este valor debe ser transferido por los padres: son ellos los que deben influir en sus hijos para que busquen algo más en la vida. Hay personas que piensan de esta manera: «Cuando él sea grande, que él elija». Lamentablemente, cuando él sea grande será tarde, porque ya estará formado y le costará enormemente detener la fuerza tremenda de inercia del mundo en que vivimos, que buscará arrollarlo en su corriente de carencia y de superficialidad. Alimentar la vida espiritual de nuestros hijos significa, en primer lugar, reconocer la existencia de una vida espiritual. Y aunque pareciera obvio, algunos parecieran ignorarlo. Enviamos a nuestros hijos a la escuela porque aceptamos que ellos poseen una vida intelectual, por eso procuramos que se desarrollen y perseveren en sus estudios. Contenemos a nuestros hijos afectivamente, los abrazamos, les expresamos nuestro amor porque reconocemos que tienen una vida emocional, la cual debemos proteger por medio de nuestro afecto. De la misma manera, si no hacemos nada por el desarrollo de su vida espiritual, seguramente fomentaremos que en esa área se genere una gran carencia.

Cuando la Biblia nos habla de instruir al niño en justicia, no nos está alentando tan solo a llenar sus mentes con pasajes bíblicos, sino más bien a mostrar con nuestras vidas la efectividad de sus dichos. Por esta razón afirmo que la instrucción en la Palabra, junto con el ejemplo de los padres, formará en el pequeño un espíritu sano.

Es mi anhelo animarle a buscar la ayuda de Dios. Él está deseoso de convertirse en su, mejor consejero. Si usted se lo permite, recibirá todo lo necesario para convertirse en el padre que su hijo necesita.

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