Vive tu llamado: ¿Para qué estoy aquí?Muestra
Acepta tu FORMA
Dios nunca desperdicia una experiencia. Romanos 8:28 nos recuerda: “sabemos que Dios dispone todas las cosas para el bien de quienes lo aman, los que han sido llamados de acuerdo a su propósito” (NVI).
En Saddleback Church, enfatizamos cinco áreas experienciales que definirán el ministerio para el que están mejor formados:
1. Experiencias educativas: ¿Cuáles eran tus materias favoritas en la escuela? 2. Experiencias vocacionales: ¿De qué trabajos disfrutaste y obtuviste los mejores resultados al realizarlos? 3. Experiencias espirituales: ¿Cuáles han sido los momentos significativos o decisivos con Dios en tu vida? 4. Experiencias ministeriales: ¿Cómo has servido a Dios en el pasado? 5. Experiencias dolorosas: ¿Cuáles son los problemas, las heridas y las pruebas de las que has aprendido?
Tu FORMA fue soberanamente determinada por Dios para su propósito, así que no debes resentirte ni rechazarla. ¿Quién eres tú para pedirle cuentas a Dios? «Acaso le dirá la olla de barro al que la modeló: "¿por qué me hiciste así ?"» ¿No tiene derecho el alfarero de hacer del mismo barro unas vasijas para usos especiales y otras para fines ordinarios? (Romanos 9:20-21NVI).
En lugar de tratar de remodelarnos para ser como otra persona, debemos aceptar la FORMA que Dios nos ha dado.
Comprender tu FORMA fortalece la autoestima. Hay una epidemia de baja autoestima en la actualidad. La mayoría de las personas no se gustan a sí mismas. Los estudios demuestran que una razón es que más del 50 por ciento están en trabajos equivocados. Creo que la autoestima genuina a diferencia de la autoestima psicológica popular, se basa en dos verdades bíblicas. No se trata de levantarte por tus propios medios, pensar positivamente, o la filosofía de “Yo estoy bien; tu no estás muy bien”. La autoestima genuina se basa en tu relación con Jesús y en saber para qué te creó.
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Acerca de este Plan
Únete al pastor Rick para esta serie de mensajes sobre el llamado de Dios para tu vida a medida que aprendes a discernir ese llamado y a usarlo como una bendición para la iglesia, otras personas y en tu propia vida.
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