Mi hijo es diferente: Ayuda para los altibajosMuestra

Continuación del devocional de ayer de Heather Brower

Criando a un seguidor de Cristo (Parte 2)

Ayer, tratamos de responder a algunas de las preguntas generales que podemos tener sobre criar a un seguidor de Cristo que tiene una discapacidad, necesidades especiales o que es diferente. Ahora, hablemos de cinco formas divertidas en las que podemos enseñar a nuestros hijos con necesidades especiales sobre Jesús, ¡sin importar su edad o nivel de habilidad!

1. Sé un modelo a seguir. Le pregunté a mi amiga Alice, de quien ya oímos hablar en la cuarta jornada, cómo transmite su fe a su hijo, y esto es lo que dijo: "Veo mi fe como mi identidad, una parte de lo que soy y no un elemento de mi lista de tareas pendientes. Soy una seguidora de Cristo. Es el aire que respiro, la comida que como y el descanso que busco. Hago que sea una parte regular, natural y normal de mi día. Cuando veo que Dios trabaja, ya sea en la naturaleza, en la vida de las personas o en circunstancias, trato de compartir esas observaciones. Todos los días tengo algo de conversación sobre Dios… Si buscas a Dios, siempre lo encontrarás. Intento hacer de esto una parte normal de la vida de nuestra familia: encontrar a Dios en lo ordinario y compartirlo".

2. Oren juntos. La oración es real. Puede que sea lo más real que hagamos los padres por la salud espiritual de nuestros hijos. Cuando oras en voz alta, tus hijos puede unirse a ti en su corazón. Es posible que nunca sepas el impacto que tus oraciones han tenido en tu hijos en este lado del cielo. Si tus hijos puede repetir las palabras después de ti, deja que repitan las oraciones. Si pueden comunicarse contigo, pregúntales de qué quieren hablar con Dios. Luego, pueden hablar con Dios sobre eso juntos. La oración es un vínculo, no solo entre Dios y la humanidad, sino también entre padre e hijo.

3. Integra a Dios en tu rutina diaria. Cuando estés de camino a terapia, pídele a Dios que dé sabiduría a los terapeutas de tu hijo para que sepan qué es lo que le va a ayudar. Cuando no estés seguro de cómo manejar un diagnóstico difícil, tu primera línea de defensa puede ser pedirle a Dios sabiduría sobre cuáles deberían ser tus próximos pasos. Cuando estés ayudando a tu hijo a vestirse, puedes agradecer a Dios en voz alta por crear su cuerpo y por daros ropa para vestiros. Cuando estés enseñando una nueva rutina, puedes hablar con tu hijo sobre cómo Dios creó el mundo entero para trabajar en orden, ¡al igual que nuestro nuevo horario de cepillado de dientes mantendrá nuestros dientes en orden! 

4. Encuentra un plan de estudios que funcione para tu hijo. ¿Sabes lo que tu hijo adolescente disfrutaría viendo para aprender sobre Dios y la piedad? Seguro que no tiene por qué ser lo mismo que disfrutarían sus compañeros con un desarrollo típico. Hay un montón de contenido gratuito que puedes encontrar en www.life.church/kids para tu familia. Conozco a un grupo de adolescentes que se reúnen actualmente los miércoles por la noche. Cada uno de los adolescentes tiene una discapacidad de desarrollo. Actualmente están utilizando el plan de estudios para la primera infancia de LifeKids y ¡les encanta! Están aprendiendo las Escrituras y son capaces de citar a sus familias y en sus escuelas lo que han aprendido. Todos los vídeos y la música están disponibles en línea para que los veas en casa. 

5. Hazlo musical. Una de las formas favoritas de mi familia de experimentar la alegría en nuestro paseo con Dios es a través de la música. La primera conversación que tuvo mi hijo conmigo (además de repetir lo que sea que le acabara de decir) fue cuando citó la letra de una canción que había aprendido en la iglesia. La música nos afecta de manera profunda y positiva. ¿Tu hijo está teniendo un mal día? Intenta tocar un poco de música de adoración y observa cómo el estado de ánimo se levanta un poco en tu casa. 

Podemos dirigir por el ejemplo. Podemos amar a nuestros hijos. Podemos darles un entorno en el que Jesús forme parte de la vida cotidiana. Podemos orar. ¡Podemos extendernos la gracia a nosotros mismos cuando estemos cansados y no hagamos una sola cosa bien como padres durante todo un mes! Y, lo mejor de todo, podemos ver cómo Dios se revela a sí mismo, a nosotros y a nuestros hijos de maneras que tal vez nunca hayamos esperado.

Diario: ¿Tú y tu familia hacen alguna de estas cinco cosas? ¿Puedes empezar? ¿Hay alguna otra forma en la que modeles a Jesús para tu familia?