Alinea tu vidaMuestra

5. Alinea tu mundo interior

Cuántas veces nos ha pasado como le pasó al profeta Samuel. Cuando Dios le mandó ungir al siguiente gran rey de Israel, Samuel buscó evidencias externas de esa grandeza y se equivocó. Dios le dio una lección y, junto con él, a todos nosotros, de que lo que Dios valora, aprecia y bendice es nuestro interior porque sabe que, tarde o temprano, dará frutos externos.

Vez tras vez, la religión nos ha hecho esclavos de las apariencias haciéndonos olvidar la importancia de dedicar tiempo y esfuerzo a poner en orden nuestro interior, aquello que nadie ve, pero Dios sí ve.

Siempre recordaré nuestros primeros años de ministerio. Éramos jóvenes y sin experiencia, y a veces nos sentíamos tentados a aparentar más (más edad, más experiencia, más de todo), hasta que, un día, Dios nos dijo: "Si hubiera querido a alguien más viejo, más sabio o más algo, habría llamado a alguien así, pero os escogí a vosotros por vuestro corazón, por vuestra pasión y amor por las personas." 

Dios nos enseñó a no preocuparnos por lo que la gente podía ver o pensar de nosotros, sino a trabajar en aquello a lo que Dios dirige su atención y mira: Nuestro mundo interior. 

Cuando pones tu mundo interior delante de Dios y le das prioridad sobre las apariencias, es increíble lo que Dios es capaz de hacer. Te libera del peso de siempre estar queriendo aparentar y te fortalece por dentro.

Durante este día, propónte trabajar e invertir en tu mundo interior. Aquí tienes algunas maneras de hacerlo:

1. Deja a Dios entrar a tu corazón como aprendimos ayer. 

2. Somete tus pensamientos a Dios. Si no encajan con su palabra, quítalos de tu vida.

3. Renueva tu mente con la palabra de Dios. Apréndete algunos versículos de memoria y decláralos sobre tu vida.

4. Abre tu corazón a personas de confianza y desafía las áreas de tu vida que te atrapan e impiden avanzar.  

Levantemos una iglesia firme y fuerte en su mundo interior, con la que Dios pueda levantar una Casa firme, robusta y genuina.