Matrimonio con visiónMuestra

La bendición de caminar acompañados

El matrimonio es uno de los regalos más hermosos que Dios nos ha dado. Es tan honorable que a través de él nos convertimos en un reflejo del glorioso misterio de la perfecta unión entre Cristo y su iglesia. Sin embargo, es un hecho que para muchos esta bendición se convierte en un fracaso y en un profundo sufrimiento.

Sin duda, el matrimonio es una de las instituciones que sufre más ataques en la actualidad. Ya sea que estés casado o en búsqueda de hacerlo, no podemos darnos el lujo de andar a la deriva. Gracias a Dios, a través de la Biblia encontramos principios eternos que nos fortalecen en tiempos de tormenta y nos proporcionan una visión clara para cumplir con el plan perfecto de Dios para el matrimonio. El Espíritu Santo nos ayudará a verlo desde la perspectiva correcta para dar fruto y disfrutar con nuestra pareja de esta aventura extraordinaria. ¡No estás solo en esto! El Señor prometió estar con nosotros hasta el final, y definitivamente esto incluye el matrimonio.

El libro de Proverbios nos enseña que para llegar a ser sabios debemos prestar atención a los consejos. Este es un factor determinante para tener éxito en el matrimonio. No dudéis, como pareja, en tener amigos maduros en la fe; quizás otro matrimonio experimentado en la Palabra, que os acompañe en los tiempos buenos y en los tiempos de prueba. Rendir cuentas periódicamente nos puede librar de mucha frustración. Un matrimonio que os aconseje puede hablaros al corazón y recordaros la visión en tiempos en que las emociones os nublan la vista. También os puede aportar una perspectiva diferente para llegar a resoluciones y decisiones que fortalezcan la relación.

Una visión de hacia dónde queremos llegar es más fácil cuando otros nos acompañan en el camino. De pronto te encuentras con personas que están dando fruto en la crianza, en el servicio a Dios como pareja o en la unidad, y que se convierten en un ejemplo e inspiración que poder abrazar como un modelo a seguir. Mientras aprendes de otros, no olvides que todos, por más experimentados que sean, están en un proceso de transformación y crecimiento. Así que al final recuerda poner tus ojos en Jesús.

Por último, ten presente que, en cuanto a este compañerismo, la iglesia local juega un papel determinante. Cuando fuimos salvos, Cristo restauró nuestra comunión con el Padre, pero también nos introdujo en una comunidad de creyentes que ahora son nuestra familia espiritual. En la iglesia encontramos otros matrimonios que nos inspiran y fortalecen; encontramos también maestros, mentores y pastores que velarán por el bien de nuestra familia.

Ser vulnerables y tener la humildad de recibir consejos de otras personas nos puede incomodar, pero tenemos la certeza de que es algo que nos bendecirá abundantemente.