Volviendo al hogar: un estudio sobre el hijo pródigoMuestra

En Lucas 15:14, leemos el trágico final de muchas de nuestras historias: el hijo menor lo ha gastado todo. En un punto u otro, todos hemos alcanzado el final. Para algunos, era el trabajo o una relación, para otros, llegar al fin de su propia fuerza para estar a la altura de ser lo "suficientemente bueno".

Las profesiones, la gente o nuestra propia fuerza nunca fueron medios sostenibles de satisfacción. Al final, nos parece que extraemos el valor de estos preciosos dones y nos quedamos pensando qué es lo que nos llevó a este vacío actual.

Tal como el hijo menor en esta parábola, cuando desconectamos lo creado del Creador; cuando solo perseguimos la provisión de Dios dejando de lado a Dios, nos programamos para una existencia vacía.

En Juan 10:10, Jesús lo expone fácil y simple para sus discípulos. Les dice que Él ha venido para que ellos tengan vida, y la tengan en abundancia. A menudo, olvidamos esto. Olvidamos que Dios está de nuestro lado. Él no está tratando de apartarnos de una vida de plenitud. Él diseñó esta vida y sabe cómo se la debe vivir en todo su potencial. 

Al encontrarnos en un punto sin salida, con las manos vacías y nuestras vidas en quiebra, la única dirección donde podemos ir es retornar al hogar, hacia una relación con Dios.

Esta vida plena que Él ofrece es una vida dedicada a conocer a Jesús personalmente y estamos invitados a retornar a Él desde cualquier punto en que nos sintamos perdidos en esta vida.

Imagina la sorpresa de la muchedumbre cuando Jesús les reveló que estaban libres de volver a relacionarse con Él sin sentimiento de culpa y, además, esperar que Dios lo celebrara.

Considera:

¿De qué manera la vergüenza y la culpa te impiden retornar a una vida plena con Dios?

Aplica:

Cuando la gente nos hiere, a veces dejamos que ese dolor esclavice nuestros corazones con amargura. ¿Hay alguien en tu vida a quien necesitas perdonar?