TransformadoMuestra
Cómo luchar contra los enemigos de las buenas intenciones
La razón por la que la mayoría de las personas son ineficaces en la vida es que nunca han aprendido a luchar la batalla de la mente.
Si quieres aprender a conducir tu mente, debes liberarla de pensamientos destructivos. Eso no es fácil, porque hay tres enemigos que te impiden cumplir todos tus buenos propósitos de cambiar tu vida.
1. El primer enemigo es tu vieja naturaleza.
Pablo dice en Romanos 7:23: “Pero hay otro poder dentro de mí que está en guerra con mi mente. Este poder me esclaviza al pecado que todavía está dentro de mí” (NTV).
¿Alguna vez te encuentras haciendo cosas que realmente no quieres hacer? Esa es la batalla en tu cerebro entre tu vieja naturaleza pecaminosa y tus buenas intenciones.
2. El segundo enemigo es Satanás.
Satanás no puede obligarte a hacer nada, pero puede hacerte sugerencias, y esas sugerencias son muy, muy poderosas. Él constantemente está plantando pensamientos negativos en tu mente. Utilizará a otras personas, utilizará la televisión o simplemente te traerá un pensamiento a la mente.
3. El tercer enemigo es el sistema de valores del mundo.
¿Hay algo en nuestra sociedad que fomente la autodisciplina? Nada. De hecho, cada anuncio dice: “Hoy te mereces un descanso. Hazlo a tu manera. Lo hacemos todo por ti."
La Biblia dice en 1 Juan 2:16: “Porque nada de lo que hay en el mundo- los deseos de la carne, la codicia de los ojos y la arrogancia de la vida-, no proviene del Padre, sino del mundo” (NVI).
¡Con enemigos como esos, no es de extrañar que luchemos contra el desánimo, la desesperación y el fracaso!
Entonces, ¿cómo se libra esta batalla? Mira lo que dice 2 Corintios 10:3-5: “Aunque vivimos en el mundo, no hacemos la guerra como el mundo. Las armas con las que luchamos no son las armas del mundo. Al contrario, tienen poder divino para demoler fortalezas. Derribamos argumentos y toda pretensión que se alza contra el conocimiento de Dios, y llevamos cautivo todo pensamiento para hacerlo obediente a Cristo.”
Tienes una opción. Tu mente tiene que escucharte. Dios no te dio sólo una mente; ¡Él te dio un testamento! El mejor momento para ganar la batalla a la tentación es antes de que comience.
“Estoy decidido a obedecer tus decretos hasta el final” (Salmo 119:112 NTV).
Acerca de este Plan
Al igual que Pablo en el Nuevo Testamento, tú también sabes que aún no eres quien Dios quiere que seas (Filipenses 3:12). En esta serie, el pastor Rick comparte los pasos que te ayudarán a avanzar hacia tu meta de ser transformado a la semejanza de Cristo.
More