Adviento: el camino hacia la NavidadMuestra

La búsqueda lleva al crecimiento

Lucas 2:22 nos dice que cuando Jesús era un niño, María y José lo llevaron al templo en Jerusalén para presentarlo a Dios y honrar las leyes del Señor. Después leemos que Jesús creció, se fortaleció, lleno de sabiduría y la gracia de Dios estaba sobre Él (a partir del verso 40). Jesús marcaba el ejemplo de como debemos vivir, pero puede parecer imposible si solo nos enfocamos en que Él era Dios. Jesús también era enteramente hombre y, según las Escrituras, hasta Él tenía la oportunidad de desarrollarse y crecer. ¿Pero que incitó el crecimiento de nuestro Salvador?

En la cultura moderna, somos bombardeados con propaganda de esfuerzo personal que nos dice cómo podemos fortalecer nuestros cuerpos, ser más exitosos en nuestros negocios, ayudarnos a vencer la depresión... Por tan solo unos cuantos pesos, podemos aprender más, hacer más y sentirnos mejor.

Es importante notar que la Palabra habla sobre el crecimiento de Jesús mientras Él y Su familia honraban a Dios. Ciertamente, hay pasos que podemos tomar en nuestra propia fuerza para crecer, pero ninguna cantidad de esfuerzo personal pudo haber preparado a Jesús para el llamado de Su vida. Y tampoco ninguna cantidad de esfuerzo personal puede tomar el lugar de la gracia de Dios en nuestra vida. Vemos a los cristianos en su lecho de muerte con mayor sabiduría y fuerza que la mayoría de líderes exitosos o atletas que salieron adelante por su cuenta. No adquirimos sabiduría y fortaleza tratando de ayudarnos nosotros mismos. Estas son el resultado de buscar y honrar a Dios y experimentar Su gracia que cambia vidas.

Durante esta temporada navideña, enfócate en lo que es posible cuando te acercas a Jesús. No tienes que luchar para llegar a una medida inalcanzable establecida por el mundo. Descansa en saber que la sabiduría verdadera y la fortaleza vendrá de tu cercanía a Él. Cuando lo buscas diariamente tienes garantizado el crecimiento y estar equipado para tu propósito.

Oración: Padre, gracias por ser mi fuente de sabiduría y fortaleza. Tu gracia me da esperanza para mi futuro. Sé que eres mucho más grande de lo que yo jamás podría ser y estoy muy agradecido por Tu complacencia de querer compartir Tu fortaleza conmigo. Cuando esté luchando, ayúdame a reposar en Ti en vez de en mí mismo. 

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