María era una madreMuestra

Mi esposo y yo, junto con todos nuestros hijos nos montamos en el coche y nos dirigimos a casa desde la iglesia. Minutos antes de terminar nuestro viaje de casi 5 km, uno de ellos pregunta "Oye, ¿dónde está la bebé?" Sí. Habíamos dejado a nuestra bebé Katie, durmiento en la guardería de la iglesia. Rápidamente volvimos a recogerla, sintiéndonos padres muy malos e irresponsables. Desde entonces, mi esposo cuenta cuántos niños van dentro del coche antes de comenzar cada viaje. 

María y José perdieron a Jesús cuando Él tenía 12 años. Para conmemorar la celebración anual de la Pascua en el Tempo de Jerusalén, la familia viajó, seguramente, con un grupo grande de personas desde Nazareth. Este camino era de unos 200 km y les habría tomado varios días caminando. 

Después de las festividades, cuando el grupo comenzó el viaje a casa, le tomó dos días a María y José descubrir que Jesús no estaba ni con sus amigos ni con otros familiares. Estoy segura que estaban frenéticos mientras lo buscaban. ¿No sabes que preguntaron a cada persona que vieron, dando su descripción con la esperanza de recibir buenas noticias? ¡Tres días después lo encontraron! Estaba sentado con los líderes del templo haciendo preguntas, sin enterarse de la preocupación de Sus padres. 

“...Hijo,” le dijo su madre, “¿por qué nos has hecho esto? Tu padre y yo hemos estado desesperados buscándote por todas partes". (Lucas 2:48 NTV)

Es una pregunta mal enfocada que todos hemos hecho “¿Por qué me has hecho esto?” Reaccionamos emocionalmente desde nuestros corazones egocéntricos y desviamos la culpa a otros, porque no queremos aceptar la vergüenza de nuestras debilidades y fallas.

Jesús le responde a María, “¿No sabíais que en los negocios de mi Padre me es necesario estar?” Era una declaración alarmante que le recuerda a María el propósito y llamado de Jesús. 

Otra vez, María guarda esto en su corazón, y reflexiona y atesora, de nuevo.

Ella necesitará estos pensamientos y recuerdos más tarde porque María volvería a perder a Jesús. 

Ella está con Él mientras carga la pesada cruz de madera hacia la cima de la colina. Él no desvía la culpa, o hace las preguntas incorrectas. Este Hijo de María, que no tiene ninguna culpa propia, lleva mi culpa sobre Su cuerpo golpeado y Sus hombros caídos. Su afligida madre está cerca, viéndolo con sus ojos llorosos mientras Su primogénito se ofrece voluntariamente por ella, por mi, por ti, mientras es clavado en la cruz. Y mientras deja caer Su cabeza y muere, estoy segura que María sintió que su corazón se rompía. 

Ahora lo perdió de nuevo. Se ha ido. Se ha acabado. 

¡Pero nosotros sabemos que no es el final! Una vez más, después de que Jesús se perdió por tres días, la noticia llega "Él no está allí, ha resucitado como dijo". Imagínate el gozo, la sorpresa, el recordatorio de todo lo que ella había atesorado en su corazón cuando oye que Él no se ha ido. Todos los años que ella vió a su Hijo que era totalmente humano y totalmente divino, luchar y siempre escoger el amor, gozo, paz, paciencia --todas las decisiones difíciles y correctas para la rectitud. 

En el fondo recordaba, lo sabía. 

¡Como María, podemos saber, confiar y creer que el curso que hemos dictado para nuestros hijos terminará en victoria! Él los tiene en Su mano, los ama y abre caminos aun donde parece que no hay camino. Él es un Dios fiel. 

¡Jesús resucitó! ¿Lo crees? ¿Vives de ello?

Padre, gracias por encontrarme cuando estaba perdida. Gracias por darte a ti mismo por mí voluntariamente. Que yo te entregue mi corazón voluntariamente, completo, a cambio de Tu vida que diste libremente por la mía. ¡Qué intercambio tan glorioso!

Que este gozo se levante en tu corazón durante esta temporada y siempre, mientras pones tu corazón, tu vida y a tus hijos, en Sus manos amorosas, sabias, llenas de cicatrices. ¡Ni tú ni ellos están perdidos, fueron encontrados!

Conéctate con Robin en Instagram @manymeadows. 

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