Querida adicción...Muestra

  Día 1: Introducción

La recuperación es para todos.

Tanto si estás en recuperación por las drogas o por el alcohol, por la comida o por la pornografía, por las apuestas o por un trauma, si vives esta vida el tiempo suficiente, tendrás la necesidad de recuperarte.

Durante los cinco días de Querida adicción, trataremos algunos de los temas que acompañan a la recuperación. Tanto si quieres saber más sobre la recuperación como si esperas vivir una vida nueva en una recuperación a largo plazo, nuestra oración es que esto te anime en tu camino individual.

Entendemos este mundo desde su interior porque hemos pasado por él. Conocemos el atractivo de los buenos tiempos de la adicción y el cambio que se produce cuando deja de ser divertido. Hemos tocado fondo y hemos visto a Dios reconstruir nuestras vidas sobre una base nueva y más fuerte. Nos hemos enfrentado al gigante de la recaída potencial. A través de todo ello, debido a la esperanza ofrecida en Cristo y a la palabra de nuestro testimonio, somos vencedores.

La recuperación ocurre cada día cuando nos rendimos al único que puede cambiarnos: Jesucristo. Estamos aquí para caminar contigo, darte la esperanza que se encuentra en la Palabra de Dios, y animarte a que la recuperación es posible.

No importa el punto de partida, lo que hayas hecho en tu adicción, no importa lo que te hayan hecho o cómo te sientas en este mismo momento, ahora es el momento. Este es el lugar. La restauración y la resurrección son posibles porque servimos al Dios cuyo mismo aliento dio vida a los huesos secos, arroyos en el desierto, caminos a través del desierto, y resucitó a los muertos.

Trabajar un programa de recuperación es la forma mediante que recuperamos territorio del enemigo, la forma mediante que enmendamos las decisiones que tomamos en nuestra adicción, y la forma mediante que nos convertimos en las manos y los pies de Jesús para pasar de nuestra recuperación a la construcción del Reino de Dios en la recuperación de otras personas.

La recuperación vale la pena y tú también.