Tony Evans enseña sobre HebreosMuestra

¿Recuerdas cómo funciona el "apartar"? Apartar es un convenio en el que el vendedor de un artículo lo guarda para un cliente hasta que el cliente paga todas las cuotas del precio completo del artículo. El comprador paga poco a poco hasta que el costo final queda pagado. Sin embargo, algunas veces el cliente no termina de pagar las cuotas y el artículo nunca queda asegurado.

Hay un hecho importante relacionado con el Día de la Expiación del Antiguo Testamento que pasa desapercibido frecuentemente. Cuando un sacerdote entraba al Lugar Santísimo para sacrificar a un animal para expiar los pecados de las personas, no había una silla. No podrás encontar una silla en la descripción del tabernáculo. No había ningún lugar para que el sacerdote se sentara. ¿Por qué? Porque su trabajo nunca terminaba. Esta era una tarea que se repetía una y otra vez. Era el plan de "apartar" de Dios. El sacerdote debía expiar los pecados poco a poco, porque no podía pagar el precio completo. No había una solución permanente al problema del pecado en el Antiguo Testamento.

Desde el principio, el libro de Hebreos se enfoca en Jesucristo y Su singularidad para animarnos a no rendirnos. Vemos a Jesús como el heredero de todas las cosas, el poder creativo y representación exacta de Dios, el sustentador de vida y la expiación perfecta de nuestros pecados. Después de que terminó su labor de redención al morir llevando nuestros pecados, se reunió con el Padre en el cielo, y se sentó. Cuando Jesús murió en la cruz, una silla apareció en el cielo porque la tarea ya no debía ser repetida otra vez. Quedó terminada una vez y por todas. Permíteme decirlo de otra manera. El libro de Juan dice que la última palabra de Jesús fue tetelestai, que significa "consumado es". ¿Por qué diría Jesús eso? Porque la deuda había quedado pagada y nuestra salvación había quedado asegurada.

¿Cómo te alientan las úlitmas palabras de Jesús?