Creemos en Jesús: El ReyMuestra
Jesús gobierna y defiende a su pueblo: Hechos 5: 31-32
El gobierno de Jesús se enfoca en asegurar nuestro bien eterno, aquellas bendiciones que disfrutaremos con él para siempre. Todo aquel que se acerca a Dios recibe misericordia y perdón, como podemos ver en pasajes como Juan 6:35 al 37, capítulo 7:37, y el 10:28 y 29, así como en Hechos 5:31. Él nos adopta como herederos de Dios y comparte con nosotros todas las bendiciones del pacto que se ha ganado a través de su perfecta obediencia. Podemos leer acerca de estos aspectos del gobierno de Jesús en Hechos 13:34 al 39; Romanos 8:17 y 32, y Hebreos 2:13. Por otra parte, él nos otorga todas estas bendiciones como su don de gracia, como leemos en Juan 1:16; Efesios 2:8 y 9, y muchos otros pasajes.
El gobierno amoroso de Cristo, nos provee el bien temporal en el mundo actual. Él nos da su presencia a través del Espíritu Santo, como podemos ver en Hechos 2:33, Gálatas 4:6, y Filipenses 1:19. Nos provee dirección de manera clara en la Biblia, para que podamos servirle fielmente, como podemos ver en 1 Corintios 9:21; Gálatas 6:2 y Colosenses 3:16. Nombra líderes para la iglesia, delegándoles autoridad y poder para servir a su pueblo, como podemos leer en 1 Corintios 12:28, y Efesios 4:11 y 12.
El rey Jesús no es un dictador cruel, Él es un rey amoroso que se preocupa por nosotros y nos provee. Lejos de ser una fuente de problemas, su gobierno es una bendición que nos beneficia ahora y para siempre. Y nuestra respuesta a este gobierno debería ser obvia. Con el fin de recibir las bendiciones que nuestro rey tiene para nosotros, tenemos que someternos a su gobierno. Debemos ser obedientes a su ley y confiar en su misericordia y poder para superar nuestros fracasos y dificultades. Y, por supuesto, debemos estar agradecidos por su liderazgo, y alabarlo por su bondad para con nosotros.
Hay muchas maneras en las que Jesús defiende a los creyentes, pero para los propósitos de esta lección nos centraremos en tres solamente. En primer lugar, Jesús nos defiende contra la tentación del pecado.
Como nuestro rey, Jesús nos defiende contra la tentación de muchas maneras. Por ejemplo, se nos advierte acerca de la tentación con tiempo, como leemos en Mateo 6:13. Nos fortalece para resistir el pecado, como leemos en Hebreos 2:16. Y nos protege de situaciones que nos abruman o nos atrapan, siempre asegurándose de que tengamos una manera de evitar el pecado, como podemos ver en 1 Corintios 10:13 y 2 Timoteo 4:18.
En segundo lugar, cuando caemos en tentación, Jesús nos defiende de la corrupción del pecado. Una manera en la que Jesús nos defiende contra la corrupción es disciplinándonos y corrigiéndonos cuando pecamos, para que no seamos sometidos al dominio del pecado. Esto lo vemos en Jeremías 46:28, Hebreos 12:5 al 11, Apocalipsis 3:19, y muchos otros pasajes. Y otra forma en que nos defiende contra la corrupción es dándonos el don del perdón y la limpieza de nuestros pecados cuando nos arrepentimos, como podemos ver en 1 Juan 1:9.
En tercer lugar, Jesús nos defiende de las acusaciones de pecado. Todos los cristianos somos propensos al pecado. Y cuando pecamos, Satanás trata de persuadir a Dios para condenarnos, como leemos en lugares como Apocalipsis 12:10. Pero Jesús nos defiende de estas acusaciones, para que Dios nos considere como perfectamente justos. Aunque las Escrituras hablan a menudo de la intercesión de Cristo por nosotros en términos de su oficio sacerdotal, Romanos 8:34 indica que ésta también es un aspecto de su realeza. Como gran rey vasallo, Jesús defiende a su pueblo contra las acusaciones e intercede por nosotros ante el gran emperador que es el Padre.
Como Jesús nos defiende de manera tan fuerte, podemos luchar contra el pecado con gran confianza. Si nos basamos en su fortaleza para resistir la tentación, y en su perdón para limpiarnos de los efectos del pecado, y en su defensa para protegernos de las consecuencias del pecado, nada puede hacernos daño. Jesús es el gran y poderoso guerrero que nos guía en la batalla contra el pecado. E incluso si no luchamos bien, de todas formas no podemos perder – porque él no lo permite. Siempre nos guardará y nos protegerá, nos perdonará y limpiará, nos defenderá y nos absolverá. Y finalmente, nos llevará a las bendiciones inagotables de su reino eterno.
Escritura
Acerca de este Plan
Este plan de lectura investiga la doctrina de la cristología, centrándose en la persona y la obra de Jesucristo. Jesús es Dios encarnado, el centro de toda la historia, y la única esperanza para la salvación de la humanidad y de la creación. Este plan explora el cumplimiento de Jesús del ofico de sacerdote del Antiguo Testamento.
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Nos gustaría agradecer a los Ministerios del Tercer Milenio por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://es.thirdmill.org/