¡La Decisión más Grande de tu Vida!Muestra

“Todos   necesitamos un Salvador”

Cuando   Dios creó a Adán y Eva, los creó sin pecado y en una perfecta relación con   Él. Cuando desobedecieron el pedido de Dios en el capítulo tres del Génesis,   trajeron consigo el pecado a sus vidas y también a las de la raza humana.   Romanos 3:23 describe el alcance del impacto de la decisión de Adán y Eva:

“…por   cuanto todos pecaron, y están destituidos de la gloria de Dios.” Romanos 3:23

Ninguno   está exento del pecado y sus efectos, cada uno de nosotros es culpable. Como   consecuencia, todos hemos sido separados de Dios. Nuestro pecado también   deviene en una consecuencia eterna.

“Porque   la paga del pecado es muerte” Romanos 6:23ª

Debido a   la desobediencia a Dios de Adán y Eva, la muerte se volvió inevitable para   ellos y para todos sus descendientes (la raza humana); tanto física como   espiritualmente Después de su fracaso, Dios se enfrentó a una decisión:   permitir que el pecado siguiese su curso con la humanidad, lo que llevaría   consigo la extinción de la raza humana, o proporcionar un medio para salvar a   la humanidad de las zarpas del pecado. Afortunadamente, como la máxima   expresión de su amor y gracia, Dios aportó un medio de salvación a través de   su Hijo.

“Porque   de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que   todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna” Juan 3:16

“mas la   dádiva de Dios es vida eterna en Cristo Jesús Señor nuestro.” Romanos 6:23b

Además de   Jesucristo, la humanidad está destinada a la muerte física y espiritual; no   hay excepciones. Aunque, para quienes estamos en Cristo, la muerte física   todavía nos aguarda, la muerte espiritual (Infierno) no. Más bien, la vida   eterna en el cielo nos espera tras abandonar esta tierra. A través del   sacrificio perfecto de Jesucristo y su resurrección de entre los muertos,   escapamos del castigo espiritual del pecado.