¡Tu mejor inversión!Muestra

"¡Devoluciones   garantizadas!"

En el   mundo de hoy, esta declaración levanta algunas cejas, y también algunas   sospechas. Pero hay una ley universal que se aplica a casi todos los aspectos   de la vida: la ley del tiempo de la siembra y la cosecha, o dicho de manera   más simple, "cosechas lo que siembras". 

No puedes   cosechar a menos que primero hayas plantado las semillas. No puedes obtener   una ganancia a menos que primero inviertas. No puedes recibir los beneficios   de un producto o servicio a menos que lo compres primero. No puedes conservar   la salud física sin una dieta equilibrada y ejercicio regular. Y con todos   estos ejemplos, la devolución recibida es proporcional a la calidad o la   cantidad entregada por adelantado. 

La misma ley   también se aplica a nuestra relación con Dios. No podemos cosechar un caminar   realizado y bendecido con Dios a menos que sembremos la semilla que producirá   esa cosecha. La buena noticia es que Dios ha hecho que las buenas semillas   estén disponibles para nosotros: se llama Su Palabra, la Biblia. Sembrar   generosamente la Palabra de Dios en nuestras vidas nos garantiza un retorno   abundante de esa inversión.