Reconociendo la voz de Dios // Aprende a encontrarlaMuestra
Imaginación y profundización
Espíritu Santo en nosotros, esto es lo que hemos oído de ti:
Puede que la forma en que vengo a ti no sea lenta. Puede que no sea amable - y definitivamente no es como lo esperabas. Y es que hay más de mí que quiero mostrarte, ¿ves? Hay un lugar mucho más profundo al que quiero llevarte; cosas que quiero revelarte - y tus ojos no podrán ver lo que quiero que veas, por lo que, si me lo permites, usaré tu imaginación.
Primero, recuerda que al principio no te creé en la luz. Así que, imagina la oscuridad. Luego, imagina la luz… existes desde antes de que yo te creara físicamente. Lo que quiero mostrarte existe y ha existido -siempre- aunque su forma no esté en el mundo físico. Mira, lo físico es tangible para ti, por medio de tu experiencia con ello en tu mente y corazón. Puedes ver, oler, sentir y experimentar en tu mente lo que te he dado para que experimentes conmigo. Lo que ves y experimentas conmigo te revelará más sobre quién soy.
Sí, puedes leer sobre mí. Sí, puedes escuchar mi voz en tu corazón. Sí, puedes orar, seguir y responder a la sabiduría que te doy pero, ¿quieres más? ¿Quieres ver lo que aún no has imaginado? ¿Quieres que me derrame en tu mente para que experimentes lo que nunca antes has imaginado? ¿Quieres que te ayude a imaginar?
Cierra tus ojos, mi amado. Déjame tranquilizarte. Vamos…más profundo. Déjame llevarte más profundo. Aquí está mi mano, ¿la sientes? Te ayudo a sentirla. Observa ahora pero no con tus ojos, sino con tu corazón, con tu mente. Lo lógico ya no tiene que serlo. Soy un nuevo paradigma. Déjame irrumpir en lo que crees sobre mí, lo que entiendes que soy.
¿Crees que soy bueno? Déjame mostrarte cuánto. ¿Crees que soy poderoso? Déjame mostrarte un poco de lo que puedo hacer. ¿Crees que estoy contigo, que sano, que sostengo en mis manos las estrellas, la luna y más universos de los que puedes contar? Entonces, quiero llevarte a una aventura en la que estaremos solos tú y yo. Pero tienes que confiar en mí y dejar todo cinismo y escepticismo por un momento. Mantén tus ojos cerrados... o no... También puede suceder con tus ojos abiertos... Vamos.
Ejercicio:
Tú, amigo mío, estás siendo invitado a una aventura, ahora mismo.
Aquí hay varias preguntas para ti:
¿Quieres que el Espíritu Santo se derrame en tu mente de manera que experimentes lo que nunca antes has imaginado? ¿Quieres que Él te ayude a imaginar lo que tus ojos aún no pueden ver?
Para esto, debes estar dispuesto a abrir tu mente y corazón; estar abierto a ver, escuchar y experimentar lo que nunca antes has vivido... ¿Estás dispuesto a permitirle al Espíritu Santo abrir tu mente a más... más amor, más maravillas, más belleza, más regocijo, más paz, más y más?
Él tiene mucho más para cada uno de nosotros… más para escuchar, experimentar, conocer, amar... y en esta vida, recibimos bocados y destellos de ello... de Su gloria, belleza y amor. Sin embargo, nuestra experiencia y sabiduría son limitadas. Aun así, nuestro Dios no tiene límites en Su poder, amor y creatividad. Y aquí está Él, preguntándonos si estamos dispuestos a someter nuestra imaginación a Él, ahora mismo... Si deseamos experimentar más de Él en nuestras vidas, ¡comenzando ahora mismo!
Espíritu Santo, sé nuestros ojos, oídos, nuestros sentidos de olfato, gusto y tacto ahora mismo. Queremos más de ti. Queremos cambiar toda falsa creencia que tenemos sobre ti, deshacernos de toda idea equivocada sobre quién eres y lo que puedes hacer. También queremos que irrumpas en nuestro corazón, mente e imaginación para poder verte, sentirte y experimentarte con los ojos del corazón que pueden hacer más, mucho más, contigo de lo que podemos simplemente ver.
Padre, llévanos más profundo a tus maravillas, majestad y belleza. Déjanos experimentar tu inmenso amor. En este momento, esperamos en Ti con expectativa y emoción.
Escritura
Acerca de este Plan
La voz de Dios puede venir como un suave susurro o como el vendaval de un huracán. La clave es reconocerlo, como venga, y confiar en que Él es bueno, que Él es más grande que cualquier dificultad. Inicia este Plan de cuatro días y aprende cómo encontrarlo a Dios, Su voz y Su presencia, y únete a los muchos hombres y mujeres que experimentan Ímpetu | Espíritu Santo en la vida moderna.
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