InesperadoMuestra

Dios quiere que aprendamos a aceptar cada evento inesperado como una invitación a confiar en Jesús y su palabra, a esperar su bondad en cada paso del camino. Una vida vivida así es una de las fuerzas más poderosas del planeta, porque hay un momento de coraje y fe que nos impulsa a nuevos lugares. 

¿Y si aprendiéramos a aceptar los choques imprevisibles, los factores estresantes y la volatilidad de la vida, y luego los usásemos para nuestro beneficio? Tal vez haya una perspectiva, un ingrediente en la forma en que procesamos la vida que necesitamos cambiar. Tal vez haya un nivel de confianza aún más alto que sencillamente creer “que todas las cosas trabajan para nuestro bien”(Romanos 8:28).Tal vez hay más…

Muchas veces, cuando las cosas empeoran antes de mejorar, se hacen difíciles antes de ser más fáciles, más oscuras antes de ser más claras, dudamos. Dudamos de Dios. Dudamos de su llamado. Dudamos de su fidelidad. Nos rendimos. Supongo que Él no abrió esa puerta. Supongo que no me llamó. Supongo que no es su voluntad. ¿Cuándo dijo Dios que sería fácil? ¿Cuándo dijo que sería sin esfuerzo? Algo que he aprendido una y otra vez es que… 

Las puertas cerradas no significan que Dios no esté abriendo un camino. 

El aumento del coste no significa que Dios no esté llamando. 

La presencia de una batalla no significa la ausencia de Dios en la guerra. 

Las pruebas no quieren decir que estamos fuera de la voluntad de Dios. A menudo significan que estamos exactamente en la voluntad de Dios, justo donde se supone que debemos estar, haciendo exactamente lo que se supone que debemos estar haciendo. Luchando la buena batalla de la fe. En pie. Creyendo. Porque Él está disponiendo todas las cosas para nuestro bien…¡y más!

Adaptado deInesperado: Deja el Miedo Atrás, Muévete hacia delante con Fe, Abraza la Aventurapor Christine Caine. Copyright © 2018 by Christine Caine. Reimpreso con permiso de Zondervan Publishing. Todos los derechos reservados.