Cómo nos transformará la voluntad de Dios Muestra

Las soluciones de Dios

A todos nos han hecho daño. Es la parte dolorosa de la vida. Un padre no te cuida o, incluso, abusa de ti. Un amigo te decepciona o te traiciona. Un cónyuge te es infiel o te abandona. Un extraño ataca a un ser querido.

Es como si te hubieran apuñalado por la espalda, pero el cuchillo todavía está allí. Y cada vez que reproduces el daño en tu mente, retuerces el cuchillo un poco más. El dolor nunca se va y la herida nunca sana.

¿Qué podemos hacer? ¿Qué podemos hacer con este dolor y veneno que arruina nuestra vida y roba nuestra alegría?

Dios tiene una solución. La solución de Dios es simple, pero no es fácil. La solución de Dios es la gracia. Extender la gracia a la persona que te hizo daño. Perdonar.

Perdonar no significa que todos tus dolores y heridas desaparecen instantáneamente. Eso puede llevar mucho tiempo. Perdonar significa que has elegido soltar tu ira, dejar que se vaya tu resentimiento, renunciar a tu derecho a vengarte. Le has dicho a Dios: «Señor, le perdono. Elijo perdonarle. Te doy mi ira y mi resentimiento, mi deseo de vengarme. Te doy todo a Ti».

Saca el cuchillo. Deja ir el dolor. Deja que la herida sane.

Libera al prisionero. Libérate de la prisión del dolor y del veneno.

El perdón es una opción sanadora, una elección hecha por el poder de Cristo en nosotros, una elección hecha por la gracia de Cristo en nosotros.