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 <div class="book bkHEB">
 <div class="chapter ch3" data-usfm="HEB.3">
 <div class="label">3</div><div class="ms1">II. Jesucristo, sacerdote fiel y misericordioso (3,1&#8211;5,10)</div><div class="s1">Jes&#250;s es superior a Mois&#233;s</div><div class="p"> 1Por tanto, hermanos creyentes que compart&#237;s un mismo llamamiento celestial, no perd&#225;is de vista a quien ha sido enviado como sumo sacerdote de la fe que profesamos. Me refiero a Jes&#250;s,#2,17. 2modelo de fidelidad al que Dios constituy&#243; en tal cargo, como lo fue tambi&#233;n Mois&#233;s en todo lo referente a la casa de Dios.#Nm 12,7. 3Pero Jes&#250;s se ha hecho acreedor a una gloria m&#225;s excelsa que la de Mois&#233;s, por cuanto al constructor de una casa le corresponde un honor mayor que a la casa construida. 4Toda casa, en efecto, tiene su constructor; y el constructor del universo es Dios. 5En cuanto a Mois&#233;s, fue ciertamente fiel en todo lo tocante a la casa de Dios, aunque solo como un siervo encargado de atestiguar lo que Dios iba a decir. 6Cristo, en cambio, como Hijo que es, est&#225; al frente de la casa de Dios. Una casa que somos nosotros mientras mantengamos la confianza y la ilusi&#243;n que nace de la esperanza.</div><div class="s1">Exhortaci&#243;n a la fidelidad</div><div class="p"> 7Por eso, como dice el Esp&#237;ritu Santo:</div><div class="b"></div><div class="q"> Cuando hoy escuch&#233;is la voz del Se&#241;or, # 
 Sal 95,7-11. </div><div class="q"> 8 no endurezc&#225;is vuestros corazones,</div><div class="q"> como hicieron los que se rebelaron</div><div class="q"> en el desierto el d&#237;a de la prueba.#Ex 17,7.</div><div class="q"> 9 All&#237; fue donde vuestros antepasados</div><div class="q"> intentaron ponerme a prueba</div><div class="q"> a pesar de haber experimentado mis maravillas</div><div class="q"> 10 durante cuarenta a&#241;os.</div><div class="q"> Por eso me indign&#233;</div><div class="q"> contra aquella gente y exclam&#233;:</div><div class="q"> &#171;Tienen siempre el coraz&#243;n extraviado</div><div class="q"> y nunca han seguido mis caminos&#187;.</div><div class="q"> 11 No entrar&#225;n, pues, en mi descanso,</div><div class="q"> tal como lo jur&#233; lleno de enojo.</div><div class="b"></div><div class="p"> 12Procurad, hermanos, que ninguno de vosotros tenga un coraz&#243;n incr&#233;dulo y perverso que lo aparte del Dios viviente. 13M&#225;s bien exhortaos unos a otros d&#237;a tras d&#237;a mientras dura ese &#171;hoy&#187;, para que la seducci&#243;n del pecado no endurezca vuestras conciencias. 14Porque solo si mantenemos firme hasta el fin la confianza del principio, compartiremos la suerte de Cristo. 15Es lo que se nos dice:</div><div class="b"></div><div class="q"> Cuando hoy escuch&#233;is la voz del Se&#241;or,</div><div class="q"> no endurezc&#225;is vuestros corazones,</div><div class="q"> como hicieron los que se rebelaron.</div><div class="b"></div><div class="p"> 16&#191;Y qui&#233;nes fueron los que, habiendo escuchado la voz del Se&#241;or, se rebelaron? &#191;No fueron acaso todos los que hab&#237;an salido de Egipto guiados por Mois&#233;s?#Nm 14 (ver Dt 1,28); 1 Co 10,10. 17Y &#191;contra qui&#233;nes se indign&#243; el Se&#241;or a lo largo de aquellos cuarenta a&#241;os? Est&#225; claro que contra quienes pecaron, y por eso sus cad&#225;veres quedaron tendidos en el desierto. 18Y &#191;a qui&#233;nes, sino a los rebeldes, asegur&#243; con juramento que no entrar&#237;an en su descanso? 19Vemos, efectivamente, que no pudieron entrar por falta de fe.</div>
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 <div class="book bkHEB">
 <div class="chapter ch4" data-usfm="HEB.4">
 <div class="label">4</div><div class="s1">Entrada en el descanso ofrecido por Dios</div><div class="p"> 1La promesa de entrar en el descanso ofrecido por Dios sigue en pie. Pero es preciso estar muy alerta, no sea que alguno de vosotros pierda la ocasi&#243;n de entrar.#3,11.18. 2Porque el evangelio nos ha sido anunciado tanto a nosotros como a ellos; solo que a ellos de nada les sirvi&#243; haberlo o&#237;do al no estar unidos mediante la fe a quienes lo escucharon. 3Nosotros, en cambio, los que hemos cre&#237;do, podemos entrar en ese descanso del que Dios ha dicho:</div><div class="b"></div><div class="q"> No entrar&#225;n en mi descanso</div><div class="q"> tal como lo jur&#233; lleno de enojo.</div><div class="b"></div><div class="p">Bien entendido que sus obras concluyeron cuando dio fin a la creaci&#243;n del mundo,#Sal 95,11. 4pues as&#237; ha quedado dicho del d&#237;a s&#233;ptimo en cierto lugar de la Escritura: Y el d&#237;a s&#233;ptimo descans&#243; Dios de todos sus trabajos.#Gn 2,2. 5Pero volvamos a nuestro pasaje: No entrar&#225;n en mi descanso. 6Eso quiere decir que algunos s&#237; han de entrar en &#233;l. Y como los primeros en recibir el evangelio no consiguieron entrar debido a su actitud rebelde, 7Dios vuelve a se&#241;alar un d&#237;a: el &#171;hoy&#187; del que habla David mucho tiempo despu&#233;s en el pasaje citado m&#225;s arriba:</div><div class="b"></div><div class="q"> Cuando hoy escuch&#233;is la voz del Se&#241;or,</div><div class="q"> no endurezc&#225;is vuestros corazones. # 
 Sal 95,7-8. </div><div class="b"></div><div class="p"> 8Est&#225; claro que Josu&#233; no introdujo a los israelitas en el descanso definitivo, pues, de haberlo hecho, no se aludir&#237;a a &#171;otro d&#237;a&#187; de descanso despu&#233;s de todo aquello.#Dt 31,7; Jos 22,4; 23,1. 9Por consiguiente, el pueblo de Dios est&#225; a&#250;n en espera de un descanso, 10ya que de haber entrado en el descanso de Dios, tambi&#233;n &#233;l descansar&#237;a de todos sus trabajos lo mismo que Dios descans&#243; de los suyos. 11Esforc&#233;monos, pues, nosotros por entrar en el descanso que Dios ofrece para que nadie perezca siguiendo el ejemplo de aquellos rebeldes.</div><div class="s1">Todo est&#225; patente ante Dios</div><div class="p"> 12En efecto, la palabra de Dios es fuente de vida y de eficacia; es m&#225;s cortante que espada de dos filos y penetra hasta dividir lo que el ser humano tiene de m&#225;s &#237;ntimo, hasta llegar a lo m&#225;s profundo de su ser, poniendo al descubierto los m&#225;s secretos pensamientos e intenciones.#1,3; Is 49,2; Ef 6,17; 1 Pe 1,23-25 (ver Jn 1,1-18; Ap 1,16; 19,15). 13Ninguna criatura se le oculta a Dios; todo est&#225; desnudo y descubierto a los ojos de aquel ante quien debemos rendir cuentas.</div><div class="s1">Jes&#250;s, sacerdote excepcional</div><div class="p"> 14Y ya que contamos con un sumo sacerdote excepcional que ha traspasado los cielos, Jes&#250;s, el Hijo de Dios, manteng&#225;monos firmes en la fe que profesamos.#2,17-18; 3,1; 7,26; 10,22-23 (ver Jn 8,46; 2 Co 5,21; 1 Jn 3,5). 15Pues no tenemos un sumo sacerdote incapaz de compadecerse de nuestras debilidades; al contrario, excepto el pecado, ha experimentado todas nuestras pruebas. 16Acerqu&#233;monos, pues, llenos de confianza a ese trono de gracia, seguros de encontrar la misericordia y el favor divino en el momento preciso.</div>
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