JOB 42:7-17
JOB 42:7-17 Reina Valera 2020 (RV2020)
Cuando el Señor terminó de decir esto a Job, le dijo a Elifaz el temanita: «Mi ira se ha encendido contra ti y tus dos compañeros porque no habéis hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job. Ahora, pues, tomad siete becerros y siete carneros, id a mi siervo Job y ofreced holocausto por vosotros. Mi siervo Job intercederá por vosotros, yo le haré caso y no os trataré como merece vuestra audacia, por no haber hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job». Fueron, pues, Elifaz el temanita, Bildad el suhita y Zofar el naamatita, e hicieron como el Señor les había dicho. Y el Señor aceptó la oración de Job. Cuando Job hubo orado por sus amigos, el Señor le quitó la aflicción; y aumentó al doble todas las cosas que habían sido suyas. Todos sus hermanos, todas sus hermanas y todos los que antes lo habían conocido, fueron a su casa y celebraron con él un banquete. Se lamentaron y lo consolaron de la desgracia que el Señor le había enviado, y cada uno le dio una moneda de plata y un anillo de oro. El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio, porque llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. También tuvo siete hijos y tres hijas. A la primera le puso por nombre Jemima; a la segunda, Cesia, y a la tercera, Keren-hapuc. Y no había en toda la tierra mujeres tan hermosas como las hijas de Job. Su padre las dejó una herencia, igual que a sus hermanos. Después de esto, vivió Job ciento cuarenta años, y vio a sus hijos y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Job murió muy anciano, colmado de días.
JOB 42:7-17 La Palabra (versión española) (BLP)
Cuando el Señor terminó de decir esto a Job, se dirigió a Elifaz de Temán: —Estoy enfadado contigo y con tus dos compañeros, porque no habéis hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job. Así que tomad siete novillos y siete carneros, id donde está mi siervo Job y ofrecedlos por vosotros en holocausto. Mi siervo Job intercederá por vosotros, yo le haré caso y no os trataré como merece vuestra audacia, por no haber hablado de mí como hay que hablar, al contrario de como lo ha hecho mi siervo Job. Elifaz de Temán, Bildad de Súaj y Sofar de Naamat hicieron lo que el Señor ordenó, y el Señor mostró su favor a Job. Cuando Job intercedió en favor de sus compañeros, el Señor cambió su suerte y duplicó todas sus posesiones. Vinieron a visitarlo sus hermanos y hermanas, junto con viejos conocidos; comieron con él en su casa, se lamentaron y lo consolaron de la desgracia que el Señor le había enviado. Cada uno le regaló una suma de dinero y un anillo de oro. El Señor bendijo a Job al final de su vida más aún que al principio. Se hizo con catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil borricas. Tuvo siete hijos y tres hijas: la primera se llamaba Paloma; la segunda, Acacia, y la tercera, Azabache. No había en toda la comarca mujeres más hermosas que las hijas de Job. Su padre las hizo herederas, igual que a sus hermanos. Job vivió ciento cuarenta años más y conoció a sus hijos, a sus nietos y a sus bisnietos. Murió anciano tras una larga vida.
JOB 42:7-17 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Después que el Señor dijo estas cosas a Job, dijo también a Elifaz: “Mi ira se encendió contra ti y tus dos amigos, porque no dijisteis la verdad acerca de mí, como hizo mi siervo Job. Tomad ahora siete toros y siete carneros e id a ver a mi siervo Job, y ofrecedlos como holocausto por vosotros. Mi siervo Job orará por vosotros, y yo aceptaré su oración y no os haré ningún daño, aunque os lo merecéis por no haber dicho la verdad acerca de mí, como hizo mi siervo Job.” Elifaz, Bildad y Sofar fueron e hicieron lo que el Señor les ordenó, y el Señor aceptó la oración de Job. Después que Job oró por sus amigos, Dios le devolvió su prosperidad anterior, y aun le dio dos veces más de lo que antes tenía. Entonces fueron a visitarle todos sus hermanos, hermanas y amigos, y todos sus antiguos conocidos, y en su compañía celebraron un banquete en su casa. Le expresaron sus condolencias y le consolaron por todas las calamidades que el Señor le había enviado, y cada uno de ellos le dio una cantidad de dinero y un anillo de oro. Dios bendijo a Job en sus últimos años más abundantemente aún que en los años anteriores. Llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. También tuvo catorce hijos y tres hijas. A la mayor la llamó Jemimá; a la segunda, Quesiá, y a la tercera, Queren-hapuc. No había en todo el mundo mujeres tan bonitas como las hijas de Job. Su padre las hizo herederas de sus bienes, junto con sus hermanos. Después de esto, Job vivió ciento cuarenta años. Murió, pues, a una edad muy avanzada, llegando a ver a sus hijos, nietos, bisnietos y tataranietos.
JOB 42:7-17 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Después de haberle dicho todo esto a Job, el SEÑOR se dirigió a Elifaz de Temán y le dijo: «Estoy muy irritado contigo y con tus dos amigos porque, a diferencia de mi siervo Job, lo que vosotros habéis dicho de mí no es verdad. Tomad ahora siete toros y siete carneros, e id con mi siervo Job y ofreced un holocausto por vosotros mismos. Mi siervo Job orará por vosotros, y yo atenderé a su oración y no os haré quedar en vergüenza. Y conste que, a diferencia de mi siervo Job, lo que vosotros habéis dicho de mí no es verdad». Elifaz de Temán, Bildad de Súah y Zofar de Namat fueron y cumplieron con lo que el SEÑOR les había ordenado, y el SEÑOR atendió a la oración de Job. Después de haber orado Job por sus amigos, el SEÑOR lo hizo prosperar de nuevo y le dio dos veces más de lo que antes tenía. Todos sus hermanos y hermanas, y todos los que antes lo habían conocido, fueron a su casa y celebraron con él un banquete. Lo animaron y lo consolaron por todas las calamidades que el SEÑOR le había enviado, y cada uno de ellos le dio una moneda de plata y un anillo de oro. El SEÑOR bendijo más los últimos años de Job que los primeros, pues llegó a tener catorce mil ovejas, seis mil camellos, mil yuntas de bueyes y mil asnas. Tuvo también catorce hijos y tres hijas. A la primera de ellas le puso por nombre Paloma, a la segunda la llamó Canela, y a la tercera, Linda. No había en todo el país mujeres tan bellas como las hijas de Job. Su padre les dejó una herencia, lo mismo que a sus hermanos. Después de estos sucesos, Job vivió ciento cuarenta años. Llegó a ver a sus hijos, y a los hijos de sus hijos, hasta la cuarta generación. Disfrutó de una larga vida y murió en plena ancianidad.