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JUECES 2:6-15

JUECES 2:6-15 Reina Valera 2020 (RV2020)

Cuando Josué se despidió del pueblo, los hijos de Israel se fueron a tomar posesión cada uno de su heredad. El pueblo había servido al Señor todo el tiempo que vivió Josué, y también mientras estuvieron presentes los ancianos que sobrevivieron a Josué, y que habían sido testigos de todas las grandes obras que el Señor había hecho en favor de Israel. Pero murió Josué hijo de Nun, siervo del Señor, a la edad de ciento diez años. Lo sepultaron en su heredad de Timnat-sera, en los montes de Efraín, al norte del monte Gaas. Y murió también toda aquella generación. Pero la generación que se levantó después no conocía al Señor ni la obra que él había hecho por Israel. Después, los hijos de Israel hicieron lo malo ante los ojos del Señor y sirvieron a los baales. Dejaron al Señor, el Dios de sus padres, que los había sacado de la tierra de Egipto, y se fueron tras otros dioses, los dioses de los pueblos que estaban en sus alrededores, y los adoraron, de modo que provocaron la ira del Señor. Dejaron al Señor, y adoraron a Baal y a Astarot. Entonces se encendió el furor del Señor contra Israel, quien los entregó en manos de salteadores que los despojaron, y los vendió en manos de sus enemigos de alrededor, a los que no pudieron ya hacer frente. Por dondequiera que salían, la mano del Señor estaba contra ellos para mal, como el Señor había dicho y se lo había jurado. Y se vieron en una gran aflicción.

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JUECES 2:6-15 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)

Cuando Josué se despidió de los israelitas, cada uno se fue a tomar posesión de la tierra que le había tocado. Mientras él vivió, los israelitas mantuvieron el culto al Señor; y también mientras vivieron los ancianos que sobrevivieron a Josué, que habían visto todos los grandes hechos del Señor en favor de Israel. Pero murió Josué, a la edad de ciento diez años, y lo enterraron en su propio terreno de Timnat-será, que está al norte del monte Gaas, en los montes de Efraín. Murieron también todos los israelitas de la época de Josué, y por eso los que nacieron después no sabían nada del Señor ni de sus actos en favor de Israel. Pero los hechos de los israelitas fueron malos a los ojos del Señor, pues empezaron a adorar a las diferentes representaciones de Baal. Dejaron al Señor, el Dios de sus antepasados que los había sacado de Egipto, y se entregaron a adorar a los dioses de la gente que vivía alrededor, provocando así la ira del Señor. Dejaron al Señor por adorar a Baal y a las diferentes representaciones de Astarté, y por eso el furor del Señor se encendió contra Israel e hizo que los ladrones los despojaran de lo que tenían, y que sus enemigos de alrededor los derrotaran sin que ellos pudieran hacerles frente. Cada vez que marchaban a la batalla, el Señor se ponía en contra suya y les iba mal, según él mismo se lo había anunciado. Sin embargo, aunque el Señor puso a los israelitas en aprietos

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