HEBREOS 10:11-18
HEBREOS 10:11-18 Reina Valera 2020 (RV2020)
Todo sacerdote está día tras día ministrando y ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero Cristo, después de haber ofrecido de una vez y para siempre un solo sacrificio por los pecados, se ha sentado a la diestra de Dios. Allí estará esperando hasta que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Y así, con una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los santificados. El Espíritu Santo nos atestigua lo mismo, porque después de haber dicho: Este es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: Pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones . Ahora bien, si los pecados han sido perdonados, ya no hace falta ninguna ofrenda por el pecado.
HEBREOS 10:11-18 La Palabra (versión española) (BLP)
Cualquier otro sacerdote desempeña cada día su ministerio ofreciendo una y otra vez los mismos sacrificios que son incapaces de borrar definitivamente los pecados. Cristo, en cambio, después de ofrecer de una vez para siempre un solo sacrificio por el pecado, está sentado junto a Dios. Espera únicamente que Dios ponga a sus enemigos por estrado de sus pies . Y así, ofreciéndose en sacrificio una única vez, ha hecho perfectos de una vez para siempre a cuantos han sido consagrados a Dios. El mismo Espíritu Santo lo atestigua cuando, después de haber dicho: Esta es la alianza que sellaré con ellos cuando llegue aquel tiempo —dice el Señor—: inculcaré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente. Y añade: No me acordaré más de sus pecados, ni tampoco de sus iniquidades. Ahora bien, donde el perdón de los pecados es un hecho, ya no hay necesidad de ofrendas por el pecado.
HEBREOS 10:11-18 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Todo sacerdote judío oficia cada día, y sigue ofreciendo muchas veces los mismos sacrificios, aunque estos nunca pueden quitar los pecados. Pero Jesucristo ofreció por los pecados un solo sacrificio para siempre, y luego se sentó a la derecha de Dios. Allí está esperando hasta que Dios haga de sus enemigos el estrado de sus pies. Así, por medio de una sola ofrenda hizo perfectos para siempre a los que han sido consagrados a Dios. El mismo Espíritu Santo nos lo confirma, al decir: “El pacto que haré con ellos después de aquellos días será este, dice el Señor: Pondré mis leyes en su corazón y las escribiré en su mente. Y no me acordaré más de sus pecados y maldades.” De modo que cuando los pecados han sido perdonados, no hay necesidad de más ofrendas por el pecado.
HEBREOS 10:11-18 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Todo sacerdote celebra el culto día tras día ofreciendo repetidas veces los mismos sacrificios, que nunca pueden quitar los pecados. Pero este sacerdote, después de ofrecer por los pecados un solo sacrificio para siempre, se sentó a la derecha de Dios, en espera de que sus enemigos sean puestos por estrado de sus pies. Porque con un solo sacrificio ha hecho perfectos para siempre a los que está santificando. También el Espíritu Santo nos da testimonio de ello. Primero dice: «Este es el pacto que haré con ellos después de aquel tiempo —dice el Señor—: Pondré mis leyes en su corazón, y las escribiré en su mente». Después añade: «Y nunca más me acordaré de sus pecados y maldades». Y, cuando estos han sido perdonados, ya no hace falta otro sacrificio por el pecado.