2 CORINTIOS 3:2-5
2 CORINTIOS 3:2-5 Reina Valera 2020 (RV2020)
Nuestras cartas sois vosotros, escritas en nuestros corazones, conocidas y leídas por todo el mundo. Y es manifiesto que sois una carta de Cristo expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios vivo; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne del corazón. Esta es la confianza que tenemos ante Dios por medio de Cristo. No que seamos capaces por nosotros mismos, como para pensar que es algo que surge de nosotros mismos; sino que nuestra capacidad es de parte de Dios
2 CORINTIOS 3:2-5 La Palabra (versión española) (BLP)
¡Nuestra carta de recomendación sois vosotros mismos! La llevamos escrita en el corazón y todo el mundo puede conocerla y leerla. Y bien se os nota que sois carta de Cristo redactada por nosotros; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu de Dios vivo; no en frías tablas de piedra, sino en las páginas palpitantes del corazón. Si hacemos gala de semejante confianza es porque la hemos alcanzado de Dios por medio de Cristo. No presumimos, pues, de estar capacitados para hacer algo por cuenta propia; nuestra capacidad proviene de Dios.
2 CORINTIOS 3:2-5 Nueva Versión Internacional - Castellano (NVI)
Vosotros mismos sois nuestra carta, escrita en nuestro corazón, conocida y leída por todos. Es evidente que vosotros sois una carta de Cristo, expedida por nosotros, escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; no en tablas de piedra, sino en tablas de carne, en los corazones. Esta es la confianza que delante de Dios tenemos por medio de Cristo. No es que nos consideremos competentes en nosotros mismos. Nuestra capacidad viene de Dios.
2 CORINTIOS 3:2-5 Dios Habla Hoy Versión Española (DHHE)
Vosotros sois la única carta de recomendación que necesitamos; una carta escrita en nuestro corazón, la cual todos conocen y pueden leer. Y se ve claramente que sois una carta escrita por Cristo mismo y entregada por nosotros; una carta escrita no con tinta, sino con el Espíritu del Dios viviente; una carta no grabada en tablas de piedra, sino en corazones humanos. Confiados en Dios por medio de Cristo, nos sentimos seguros de esto. No es que nosotros mismos estemos capacitados para considerar algo como nuestro; al contrario, todo cuanto podemos hacer viene de Dios