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APOCALIPSIS 20:4-15

APOCALIPSIS 20:4-15 DHHE

También vi tronos, y en ellos estaban sentados los que habían recibido autoridad para juzgar. Vi también, vivos, a aquellos a quienes habían cortado la cabeza por ser fieles al testimonio de Jesús y al mensaje de Dios. Ellos no habían adorado al monstruo ni a su imagen, ni se habían dejado poner su marca en la frente o en la mano. Y vi que volvieron a vivir y que reinaron con Cristo mil años. Los demás muertos no volvieron a vivir hasta después de los mil años. Esta es la primera resurrección. ¡Dichosos los que tienen parte en la primera resurrección, pues pertenecen al pueblo santo! La segunda muerte no tiene ningún poder sobre ellos; serán sacerdotes de Dios y de Cristo y reinarán con él los mil años. Cuando hayan pasado los mil años, Satanás será soltado de su prisión y saldrá a engañar a las naciones de todo el mundo. Saldrá a engañar a Gog y a Magog, cuyos ejércitos, numerosos como la arena del mar, reunirá para la batalla. Subieron por lo ancho de la tierra y rodearon el campamento del pueblo santo y la ciudad que él ama. Pero cayó fuego del cielo y los quemó por completo. Y el diablo, que los había engañado, fue arrojado al lago de fuego y azufre donde también habían sido arrojados el monstruo y el falso profeta. Allí serán atormentados día y noche por todos los siglos. Vi un gran trono blanco y al que estaba sentado en él. Ante su presencia desaparecieron completamente la tierra y el cielo, y no se los volvió a ver por ninguna parte. Y vi los muertos, grandes y pequeños, de pie delante del trono; y fueron abiertos los libros, y también otro libro, que es el libro de la vida. Los muertos fueron juzgados de acuerdo con sus hechos, descritos en aquellos libros. El mar entregó sus muertos, y el reino de la muerte entregó los muertos que había en él; y todos fueron juzgados, cada uno conforme a lo que había hecho. Después el reino de la muerte fue arrojado al lago de fuego. Este lago de fuego es la muerte segunda. Y allí fueron arrojados los que no tenían su nombre escrito en el libro de la vida.