SALMOS 7:1-17
SALMOS 7:1-17 DHHE
Señor, mi Dios, en ti busco protección; ¡sálvame de todos los que me persiguen! ¡Líbrame, pues son como leones; no sea que me despedacen y no haya quien me salve! Señor, mi Dios, ¿en cuál de estas cosas he incurrido? ¿Acaso he cometido un crimen? ¿Acaso he pagado a mi amigo mal por bien? ¿Acaso he oprimido sin razón a mi enemigo? De ser así, que mi enemigo me persiga; que me alcance y me arrastre por el suelo, y que haga rodar por tierra mi honor. ¡Levántate, Señor, con furor! ¡Haz frente a la furia de mis enemigos! Tú, que has decretado hacer justicia, ¡ponte de mi parte! Rodéate del conjunto de las naciones y pon tu trono en lo alto, por encima de ellas. Señor, tú juzgas a las naciones: júzgame conforme a mi honradez, júzgame conforme a mi inocencia. Dios justo, que examinas los pensamientos y los sentimientos más profundos, ¡pon fin a la maldad de los malvados, pero al hombre honrado manténlo firme! Mi protección es el Dios Altísimo, que salva a los de corazón sincero. Dios es un juez justo que condena la maldad en todo tiempo. Si el hombre no se vuelve a Dios, Dios afilará su espada; ya tiene su arco tenso, ya apunta sus flechas encendidas, ¡ya tiene listas sus armas mortales! Mirad al malvado: tiene dolores de parto, está preñado de maldad y dará a luz mentira. Ha cavado una fosa muy honda, y en su propia fosa caerá. ¡Su maldad y su violencia caerán sobre su propia cabeza! Alabaré al Señor porque él es justo; cantaré himnos al nombre del Señor, al nombre del Altísimo.