SALMOS 136
136
SALMO 137 (136)
Junto a los ríos de Babilonia#Salmo 137 Los sentimientos de los israelitas desterrados a Babilonia se expresan con intensidad creciente en las tres partes que componen este salmo, el cual, por su belleza literaria, es una de las cumbres de la poesía hebrea. El salmo evoca primero la tristeza, la nostalgia y la humillación de los que han sido arrancados de su patria (vs. 1-4). Luego viene el juramento de mantener siempre vivo el recuerdo de Jerusalén y del monte Sión, polo de atracción y centro espiritual de la vida nacional y religiosa (vs. 5-6). Por último, sin ninguna transición, sigue una apasionada imprecación contra aquellos que provocaron la ruina de Israel (vs. 7-9).
1Sentados junto a los ríos de Babilonia,#137.1 Ez 3.15.
llorábamos al acordarnos de Sión.
2En los álamos de la ciudad
colgábamos nuestras arpas.
3Allí, los que nos llevaron cautivos,
los que todo nos lo habían arrebatado,#137.3 Los que todo nos lo habían arrebatado: según la versión griega (LXX). Heb. oscuro.
nos pedían que cantáramos con alegría;
¡que les cantáramos canciones de Sión!#137.3 Obligar a los cautivos a cantar era ya una humillación; pero hacerles cantar sus himnos religiosos era una humillación mayor, porque eso equivalía a reconocer que su propio dios era menos poderoso que el dios del pueblo vencedor.
4¿Cantar nosotros canciones del Señor
en tierra extraña?#137.4 En tierra extraña: no solo extranjera, sino también manchada por la idolatría y por otras inmoralidades cometidas por los paganos.
5¡Si llego a olvidarte, Jerusalén,
que se me seque la mano derecha!
6¡Que se me pegue la lengua al paladar
si no me acuerdo de ti,
si no te pongo, Jerusalén,
por encima de mi propia alegría!
7Señor, acuérdate de los edomitas,
que cuando Jerusalén cayó,#137.7 Cuando Jerusalén cayó: lit. el día de Jerusalén. Cf. 2 R 25.8-11; Jer 52.12-15. decían:
“¡Destruidla, destruidla hasta sus cimientos!”#137.7 Los edomitas, antiguos vasallos y enemigos tradicionales de Israel, hicieron causa común con Babilonia y celebraron triunfalmente el desastre de Israel (Abd 10-15). Por eso se les incluye en esta violenta imprecación. Cf. Ez 25.12-14. Acerca de Edom, véase Sal 60.8 n.
8¡Tú, Babilonia, serás destruida!
¡Feliz el que te dé tu merecido
por lo que nos hiciste!#137.8 Jer 50.29; Ap 18.6.
9¡Feliz el que agarre a tus niños
y los estrelle contra las rocas!#137.9 Esta práctica salvaje formaba parte de las costumbres guerreras de aquellos tiempos. Cf. Is 13.16; Os 10.14; Nah 3.10.
Actualmente seleccionado:
SALMOS 136: DHHE
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