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LEVÍTICO 16:5-28

LEVÍTICO 16:5-28 DHHE

“De parte de la comunidad israelita tomará Aarón dos chivos como sacrificio por el pecado, y un carnero para ofrecerlo en holocausto. Ofrecerá entonces el becerro como su propio sacrificio por el pecado, a fin de obtener el perdón de los pecados para sí mismo y para su familia. Después tomará los dos chivos y los ofrecerá ante el Señor, a la entrada de la tienda del encuentro; luego echará suertes sobre los dos chivos: una suerte será por el Señor y la otra por Azazel. El chivo sobre el que recaiga la suerte por el Señor, lo ofrecerá Aarón como sacrificio por el pecado; pero el chivo sobre el que recaiga la suerte por Azazel, lo presentará vivo ante el Señor para obtener el perdón de los pecados, y después lo echará al desierto, donde está Azazel. “Aarón ofrecerá el becerro como su propio sacrificio por el pecado, a fin de obtener el perdón de los pecados para sí mismo y para su familia. Luego tomará un incensario lleno de brasas tomadas del altar que está ante el Señor, y dos puñados de incienso aromático molido, y los llevará detrás del velo. Echará el incienso sobre el fuego en presencia del Señor, y el humo del incienso cubrirá la tapa que está sobre el arca del pacto, y así Aarón no morirá. Tomará también un poco de sangre del becerro, y con su dedo la rociará sobre la tapa, por el lado oriental. Luego rociará sangre con su dedo siete veces, por la parte delantera de la tapa, y después matará al chivo como sacrificio por el pecado del pueblo, y llevará la sangre a la parte que está tras el velo; allí la rociará encima y delante de la tapa, tal como hizo con la sangre del becerro. De esa manera limpiará el santuario de todas las impurezas, rebeliones y pecados de los israelitas. Lo mismo debe hacer con la tienda del encuentro, la cual está en medio de ellos y de sus impurezas. “Mientras Aarón permanece dentro del santuario para obtener el perdón de los pecados, y hasta que salga de allí, nadie podrá estar en la tienda del encuentro. Una vez que haya obtenido el perdón de los pecados para sí mismo, para su familia y para toda la comunidad israelita, saldrá e irá a purificar el altar que está delante del Señor. Tomará un poco de la sangre del becerro y del chivo, y untará con ella los cuernos alrededor del altar, y con el dedo rociará sangre sobre el altar siete veces. Así lo purificará de las impurezas de los israelitas, y lo consagrará. “Cuando Aarón haya terminado de purificar el santuario, la tienda del encuentro y el altar, mandará traer el chivo que quedó vivo y, poniendo sus manos sobre la cabeza del animal, confesará sobre él todas las maldades, rebeliones y pecados de los israelitas. De esta manera pondrá los pecados sobre la cabeza del chivo, y una persona se encargará de llevarlo y soltarlo en el desierto. Así, al perderse el chivo en el desierto, se llevará todas las maldades de ellos a tierras deshabitadas. Luego entrará Aarón en la tienda del encuentro y se quitará la ropa de lino que se puso para entrar en el santuario, y la dejará allí. Allí mismo, en el santuario, se lavará con agua y, después de vestirse, saldrá para presentar su propio holocausto y el que debe ofrecer por el pueblo, y así obtendrá el perdón de los pecados para sí mismo y para el pueblo. La grasa del sacrificio por el pecado la quemará en el altar; y quien haya llevado el chivo para soltarlo a Azazel, se lavará la ropa y se lavará a sí mismo con agua, y después podrá entrar en el campamento. “El becerro y el chivo sacrificados por el pecado, cuya sangre fue llevada al santuario para obtener el perdón de los pecados, serán llevados fuera del campamento, y su piel, carne y desechos serán quemados. La persona que los queme deberá lavarse la ropa y lavarse a sí misma con agua, y después podrá entrar en el campamento.