ISAÍAS 51:1-11
ISAÍAS 51:1-11 DHHE
Oídme todos los que queréis vivir con rectitud y me buscáis –dice el Señor–. Mirad la roca de donde fuisteis cortados, la cantera de donde fuisteis sacados; mirad a Abraham, vuestro padre, y a Sara, la que os dio la vida. Cuando yo lo llamé, era uno solo; pero lo bendije y le di muchos descendientes. Yo seré bondadoso con Sión, la ciudad que estaba toda en ruinas. Convertiré las tierras secas del desierto en un jardín, como el jardín que el Señor plantó en Edén. Allí habrá felicidad y alegría, cantos de alabanza y son de música. “Pueblos, prestadme atención, escuchadme, naciones: yo publicaré mi enseñanza y mis mandamientos alumbrarán a los pueblos. Mi victoria está cercana, mi acción salvadora está en camino; con mi poder gobernaré a los pueblos. Los países del mar esperarán en mí y confiarán en mi poder. “Levantad los ojos al cielo, y mirad abajo, a la tierra: el cielo se desvanecerá como el humo, la tierra se envejecerá como un vestido y sus habitantes morirán como mosquitos. Pero mi salvación será eterna, mi victoria no tendrá fin. “Escuchadme, vosotros que sabéis lo que es justo, pueblo que toma en serio mi enseñanza. No temáis las injurias de los hombres ni os dejéis abatir por sus insultos, porque perecerán como un vestido apolillado, como lana roída por gusanos. Pero mi victoria será eterna, mi salvación durará por siempre.” Despierta, despierta, brazo del Señor, ármate de fuerza; despierta como lo hiciste en el pasado, en tiempos muy lejanos. Tú despedazaste a Rahab, el monstruo marino; secaste el mar, el agua del profundo abismo; convertiste el fondo del mar en camino por el que pasaran los redimidos. Así también regresarán los rescatados por el Señor, y entrarán en Sión dando gritos de alegría; sus rostros estarán siempre alegres; encontrarán felicidad y dicha, y el dolor y el llanto desaparecerán.