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ECLESIASTÉS 9

9
De la vida y la muerte
1A todo esto me he entregado de lleno, tan solo para descubrir que las obras de buenos y de sabios están en las manos de Dios.#9.1 En las manos de Dios: Pr 16.1,9; 19.21. Nada sabe el hombre del amor ni del odio, aun cuando los tenga ante sus ojos. 2Al fin y al cabo, a todos les espera lo mismo: al justo y al injusto, al bueno y al malo,#9.2 Y al malo: según una versión antigua. En el hebreo no aparece esta expresión. al puro y al impuro, al que ofrece sacrificios y al que no los ofrece; lo mismo al bueno que al pecador, al que hace juramentos y al que no los hace.
3Esto es lo malo de cuanto pasa en este mundo: que a todos les espera lo mismo. Por otra parte, el pensamiento del hombre está lleno de maldad; la estupidez domina su mente durante toda su vida, y a fin de cuentas, ¡al cementerio!
4Tiene más esperanza aquel a quien se concede seguir viviendo, pues vale más perro vivo que león muerto.#9.4 Vale más perro vivo que león muerto: El autor cita aquí un proverbio popular. Para percibir toda la fuerza de esta afirmación es conveniente tener en cuenta que, para los antiguos, el perro era un animal despreciable (cf. 1 S 17.43; 24.14; véanse Ec 7.1-22 n.; Flp 3.2 nota b; Ap 22.15 nota s). 5Además, los que viven saben que han de morir, pero los muertos no saben nada ni ganan nada, porque se les echa en el olvido. 6Allí terminan su amor, su odio y sus pasiones, y nunca más vuelven a tomar parte en nada de lo que se hace en este mundo.
7¡Vamos, pues! Disfruta del pan que comes y goza del vino que bebes, porque a Dios le han agradado tus acciones. 8Vístete siempre con ropas blancas; ponte siempre perfume en la cabeza. 9Goza de la vida con la mujer amada,#9.9 Goza... amada: Pr 5.15-19. cada instante de esta vida sin sentido que Dios te ha dado en el mundo. ¡Éso sacarás de trabajar y fatigarte tanto debajo del sol! 10Y todo lo que esté en tu mano hacer, hazlo con el mayor empeño; porque en el sepulcro, a donde al fin irás a parar, no se hace ni se piensa nada, no hay conocimientos ni sabiduría.#9.10 Ec 11.7-8; 12.6-7; Eclo 14.16.
Injusticias de la vida
11En este mundo he visto algo más: que no son los veloces quienes ganan la carrera ni los valientes quienes ganan la batalla; que no siempre los sabios tienen pan ni los inteligentes son ricos ni los instruidos son bien recibidos. Todos dependen de un momento de suerte. 12Por otra parte, nunca sabe nadie cuándo le llegará su hora: así como los peces quedan atrapados en la red y las aves en la trampa, así también el hombre, cuando menos lo espera, se ve atrapado en un mal momento.
13También he visto en este mundo algo que me parece encerrar una gran enseñanza: 14una ciudad pequeña, con pocos habitantes, es atacada por un rey poderoso que levanta alrededor de ella una gran maquinaria de ataque. 15Y en la ciudad vive un hombre pobre, pero sabio, que con su sabiduría podría salvar a la ciudad, ¡y nadie se acuerda de él!
Sobre todas las cosas, sabiduría
16Yo afirmo, sin embargo, que más vale ser sabio que valiente,#9.16 Pr 24.5. aunque la sabiduría del hombre pobre no sea tenida en cuenta ni se preste atención a lo que dice.#9.16 Nueva insistencia en los límites de la sabiduría humana. Esta es sin duda más valiosa que la fuerza bruta, pero muchas veces pasa inadvertida y resulta ineficaz. Véase Ec 2.14 nota j.
17Más se oyen las palabras tranquilas de los sabios
que el griterío del rey de los necios.
18Vale más la sabiduría
que las armas de guerra.
Un solo error
causa grandes destrozos.

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ECLESIASTÉS 9: DHHE

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