ECLESIASTÉS 1:1-8
ECLESIASTÉS 1:1-8 DHHE
Estos son los dichos del Predicador, hijo de David, que reinó en Jerusalén. ¡Vana ilusión, vana ilusión! ¡Todo es vana ilusión! ¿Qué provecho saca el hombre de tanto trabajar en este mundo? Unos nacen, otros mueren, pero la tierra jamás cambia. Sale el sol, se oculta el sol, y vuelve pronto a su lugar para volver a salir. Sopla el viento hacia el sur y gira luego hacia el norte. ¡Gira y gira el viento! ¡Gira y vuelve a girar! Los ríos van todos al mar, pero el mar nunca se llena; y vuelven los ríos a su origen para recorrer el mismo camino. No hay nadie capaz de expresar cuánto aburren todas las cosas; nadie ve ni oye lo bastante para quedar satisfecho.