DEUTERONOMIO 1
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I. PRIMER DISCURSO INTRODUCTORIO DE MOISÉS (1–4)
Introducción
1Estas son las palabras que Moisés dirigió a todo Israel cuando estaban en el desierto, al este del río Jordán, es decir, en el Arabá,#1.1 El Arabá es la cuenca o depresión que se extiende al sur del lago de Genesaret y que se divide en tres partes: el curso del río Jordán, la región del Mar Muerto (cuya superficie está a 392 m. por debajo del nivel del mar y que en Dt 3.17 se llama mar de Arabá) y la franja que llega hasta el golfo de Akaba, en el mar Rojo (Dt 2.1,8). frente a Suf y entre las regiones de Parán, Tófel, Labán, Haserot y Dizahab. 2Desde el monte Horeb#1.2 Horeb es el nombre que se da siempre en Deuteronomio al monte Sinaí, con la sola excepción de 33.2. hasta Cadés-barnea#1.2 Cadés-barnea: Véase Nm 13.26 n. hay once días de camino, siguiendo la ruta del monte de Seír.#1.2 Seír: zona montañosa al sudeste de Palestina, donde habitaban los edomitas. Cf. Gn 36.8; Dt 2.22. 3-4El día primero del mes undécimo, en el año cuarenta,#1.3-4 El año cuarenta, contando a partir de la salida de Egipto. Cf. Ex 13.17-18. después de haber derrotado Moisés a Sihón, rey de los amorreos, que vivía en Hesbón, y a Og, rey de Basán,#1.3-4 La derrota de estos dos reyes se relata en Nm 21.21-35. que vivía en Astarot, en la región de Edrei, Moisés comunicó a los israelitas todas las cosas que el Señor le había ordenado que ellos cumplieran. 5Cuando estaban al este del río Jordán, en el país de Moab,#1.5 El país de Moab: Véase Nm 22.1 n.; 35.1. Moisés comenzó a dar las siguientes instrucciones:
6“El Señor nuestro Dios nos dijo esto en Horeb: ‘Ya habéis estado mucho tiempo en este monte.#1.6 Aquí comienza el primer discurso de Moisés, que comprende dos partes: la primera es un resumen de los acontecimientos vividos por Israel desde su partida del Horeb hasta la llegada a Moab (Dt 1.6–3.29); la segunda es una apremiante exhortación a escuchar la voz del Señor y a cumplir sus mandamientos (4.1-40). 7Recoged vuestras cosas e id a las montañas de los amorreos#1.7 El término amorreos se emplea, a veces, para designar en general a los cananeos. Véase Nm 21.21 n. y a todas sus regiones vecinas: el Arabá, la región montañosa, la llanura,#1.7 La llanura, heb. sefelá, son las tierras bajas de Palestina, entre la zona montañosa y el Mediterráneo. el Négueb, la costa, el país de los cananeos y el Líbano, hasta el gran río Éufrates.#1.7 Aquí se indican las fronteras ideales del territorio asignado a Israel: el valle del Jordán hasta la costa del Mediterráneo por el oeste, y hasta las montañas del Líbano y el río Éufrates por el norte y el nordeste. Véase Sal 80.8-13 n. 8Yo os he entregado el país; id y tomad posesión de la tierra que yo, el Señor, juré dar a vuestros antepasados, a Abraham, Isaac y Jacob, y a sus descendientes.’
Nombramiento de jueces
(Ex 18.13-27)
9“En aquella misma ocasión os dije: ‘Yo solo no puedo hacerme cargo de todos vosotros. 10Tantos hijos os ha dado el Señor vuestro Dios, que ahora sois un pueblo tan numeroso como las estrellas del cielo. 11¡Que el Señor y Dios de vuestros antepasados os haga mil veces más numerosos de lo que ahora sois, y os bendiga conforme a la promesa que os hizo! 12Yo solo, sin embargo, no puedo llevar la pesada carga de atender todos vuestros problemas y pleitos. 13Por lo tanto, escoged de cada tribu hombres sabios, inteligentes y experimentados, para que yo los ponga como jefes sobre vosotros.’#1.9-13 Cf. Nm 4.14-17.
14“Y me respondisteis: ‘Nos parece muy bien lo que propones.’
15“Entonces tomé de cada tribu vuestra los hombres más sabios y experimentados, y les di autoridad sobre vosotros; a unos los puse al cargo de mil hombres, a otros al cargo de cien, a otros de cincuenta, a otros de diez, y a otros los puse al cargo de cada tribu.#1.15 Ex 18.25. 16Al mismo tiempo di a vuestros jueces las siguientes instrucciones: ‘Atended a todos y haced justicia, tanto a vuestros compatriotas como a los extranjeros; 17y al dictar sentencia, no hagáis distinción entre personas: atended tanto a los humildes como a los poderosos, sin tener miedo a nadie, porque el juicio es de Dios.#1.17 El juicio es de Dios: 2 Cr 19.6-7; Pr 16.33. Y si se os presenta algún caso difícil, pasádmelo para que yo lo atienda.’
18“En aquella ocasión os di amplias instrucciones acerca de todo lo que debíais hacer.
Misión de los doce espías
(Nm 13.1–14.4)
19“Cuando salimos de Horeb, nos dirigimos a los montes de los amorreos, obedeciendo así las órdenes del Señor nuestro Dios. Recorrimos todo aquel grande y terrible desierto que visteis, hasta que llegamos a Cadés-barnea. 20Allí os dije: ‘Ya hemos llegado a los montes de los amorreos, que el Señor nuestro Dios nos da. 21El Señor vuestro Dios os entrega esta tierra. Adelante, pues, y ocupadla tal como ha dicho el Señor, el Dios de vuestros antepasados. No tengáis miedo ni os desaniméis.’ 22Pero vosotros vinisteis a decirme: ‘Será mejor que algunos de nosotros se adelanten y exploren este país, y que luego regresen a decirnos qué camino debemos seguir y en qué ciudades podemos entrar.’
23“Lo que propusisteis me pareció bien, y entonces escogí a doce de vosotros, uno de cada tribu, 24los cuales se encaminaron hacia la región montañosa y llegaron al valle de Escol#1.24 Nm 13.23-24. y recorrieron toda la región. 25Después tomaron frutos de aquella tierra y nos los trajeron, con este informe: ‘La tierra que el Señor nuestro Dios nos da, es magnífica.’ 26Pero vosotros no quisisteis ir, sino que desobedecisteis la orden que el Señor nuestro Dios os había dado,#1.26 Dt 9.23; Heb 3.16. 27y en vuestras casas os pusisteis a murmurar y a decir: ‘El Señor no nos quiere; nos sacó de Egipto tan solo para ponernos en manos de los amorreos y acabar con nosotros. 28Y ahora, ¿a dónde vamos a ir? Nuestros compatriotas dicen que allí hay gente más poderosa y alta que nosotros, y grandes ciudades rodeadas de altísimas murallas,#1.28 Rodeadas de altísimas murallas: lit. amuralladas hasta el cielo. y que hasta vieron descendientes del gigante Anac.#1.28 Anac: Véase Nm 13.33 n. Todo eso nos ha desanimado por completo.’
29“Entonces yo os respondí: ‘No os alarméis. No les tengáis miedo. 30El Señor vuestro Dios marcha delante de vosotros y combatirá por vosotros, tal como visteis que hizo en Egipto#1.29-30 Ex 14.13-14. 31y en el desierto.#1.30-31 Hch 13.17-18. El Señor vuestro Dios os ha tomado en sus brazos durante todo el camino que habéis recorrido hasta llegar a este lugar, como un padre que toma en brazos a su hijo.’ 32Sin embargo, no confiasteis en el Señor vuestro Dios,#1.32 Heb 3.19. 33el cual iba delante de vosotros para escoger el lugar donde debíais acampar. De noche os señalaba con fuego el camino que teníais que seguir, y de día os lo señalaba con una nube.#1.33 Ex 13.21-22.
Enojo del Señor contra los israelitas
(Nm 14.20-35)
34“Cuando el Señor oyó vuestras murmuraciones, se enojó mucho e hizo este juramento: 35‘Ni una sola persona de esta mala generación verá la buena tierra que prometí dar a vuestros antepasados.#1.34-35 Heb 3.17-18. 36Haré una excepción con Caleb, hijo de Jefuné; él sí la verá, y a él y a sus descendientes les daré la tierra donde pongan el pie, por haber seguido con toda fidelidad al Señor.’
37“Y por culpa vuestra, el Señor se enojó también conmigo y me dijo: ‘Tampoco tú entrarás en esa tierra.#1.37 Dt 3.25-26; 32.51-52. Véase también Nm 20.12 n. 38En tu lugar entrará tu ayudante Josué, hijo de Nun. Anímale, pues él será quien entregue el país a Israel. 39Y aunque vosotros creísteis que el enemigo os arrebataría vuestras mujeres y niños, serán esos niños, que todavía no tienen uso de razón,#1.39 Que todavía no tienen uso de razón: lit. que todavía no saben distinguir lo bueno de lo malo. los que entrarán en el país; yo se lo daré en propiedad. 40En cuanto a vosotros, ¡volved al desierto! ¡Id de nuevo al mar Rojo!’
Necedad y derrota de los israelitas
(Nm 14.39-45)
41“Entonces me contestasteis: ‘Hemos pecado contra el Señor, pero ahora iremos y lucharemos tal como el Señor nuestro Dios nos lo ha ordenado.’ Y tomasteis vuestras armas, creyendo que era muy fácil subir al monte. 42Pero el Señor me dijo que os advirtiera: ‘No vayáis a pelear; no os expongáis a que vuestros enemigos os derroten, pues yo no estoy con vosotros.’
43“Y yo os hice esa advertencia, pero no me hicisteis caso, sino que os rebelasteis contra la orden del Señor, y con aires de grandeza subisteis a la región montañosa. 44Entonces los amorreos, que vivían en aquellos montes, salieron a vuestro encuentro y, como avispas, os persiguieron y os derrotaron en Seír y hasta Hormá. 45Cuando regresasteis, llorasteis ante el Señor, pero él no escuchó vuestros lamentos. 46Por eso tuvisteis que quedaros a vivir tanto tiempo en la región de Cadés.
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