2 CORINTIOS 2:1-13
2 CORINTIOS 2:1-13 DHHE
Decidí, pues, no haceros otra visita que os causara tristeza. Porque si yo os entristezco, ¿quién me hará sentir alegre, de no ser vosotros, a quienes he entristecido? Por eso os escribí como lo hice, porque no quería ir para que me entristecierais vosotros, que más bien deberíais alegrarme. Estaba seguro de que todos haríais vuestra mi alegría; pero cuando os escribí esa carta me sentía tan preocupado y afligido que hasta lloraba. Sin embargo, no la escribí para causaros tristeza, sino para haceros ver cuán grande es el amor que os profeso. El que ha causado tristeza, no solo me la ha causado a mí, sino hasta cierto punto también a vosotros. Y digo “hasta cierto punto” por no exagerar. El castigo que la mayoría de vosotros ha impuesto a esa persona es ya suficiente. Lo que ahora debéis hacer es perdonarle y ayudarle, no sea que tanta tristeza le lleve a la desesperación. Por eso os ruego que nuevamente le demostréis el amor que le profesáis. Ya antes os escribí sobre este asunto, precisamente para probaros y saber si estáis dispuestos a seguir mis instrucciones. Así que, a quien vosotros perdonéis algo, también yo se lo perdono. Y se lo perdono, si algo hay que perdonar, por consideración a vosotros y en presencia de Cristo. Así Satanás no se aprovechará de nosotros, pues conocemos muy bien sus mañas. Cuando llegué a la ciudad de Tróade para anunciar el evangelio de Cristo, se me presentó una gran oportunidad de trabajar por el Señor. Pero mi ánimo no estaba tranquilo, porque no encontré a nuestro hermano Tito. Por eso me despedí de ellos y me fui a Macedonia.