1 SAMUEL 1:11-20
1 SAMUEL 1:11-20 DHHE
y le hizo esta promesa: “Señor todopoderoso: Si te dignas contemplar la aflicción de esta sierva tuya, y te acuerdas de mí y me concedes un hijo, yo lo dedicaré toda su vida a tu servicio, y en señal de esa dedicación no se le cortará el pelo.” Como Ana estuvo orando largo rato ante el Señor, Elí se fijó en su boca; pero ella oraba mentalmente. No se escuchaba su voz; solo se movían sus labios. Elí creyó entonces que estaba borracha, y le dijo: –¿Hasta cuándo vas a estar borracha? ¡Deja ya el vino! –No es eso, señor –contestó Ana–. No es que haya bebido vino ni licor, sino que me siento angustiada y estoy desahogando mi pena delante del Señor. No pienses que soy una mala mujer, sino que he estado orando todo este tiempo porque estoy preocupada y afligida. –Vete en paz –le contestó Elí–, y que el Dios de Israel te conceda lo que le has pedido. –Muchas gracias –contestó ella. Luego Ana regresó por donde había venido, se fue a comer y nunca más volvió a estar triste. A la mañana siguiente madrugaron y, después de adorar al Señor, regresaron a su casa en Ramá. Después Elcaná se unió con su esposa Ana, y el Señor tuvo presente la petición que ella le había hecho. Así Ana quedó embarazada, y cuando se cumplió el tiempo dio a luz un hijo, y le puso por nombre Samuel, porque se lo había pedido al Señor.