LEVÍTICO 10
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El pecado de Nadab y Abihú#10.1-5 El episodio relatado en estos vs. es una severa advertencia dirigida a los sacerdotes, para exhortarlos a no cometer ninguna transgresión contra lo establecido en la Ley del Señor.
1Nadab y Abihú,#10.1 Según Ex 6.23, Nadab y Abihú eran los dos hijos mayores de Aarón. Cf. Ex 24.1. hijos de Aarón, tomaron cada uno su brasero, pusieron lumbre e incienso en ellos y ofrecieron ante el Señor un fuego extraño#10.1 En otros pasajes del Pentateuco (Ex 30.33; Lv 22.12), la palabra extraño (heb. zar) designa a las personas que no son sacerdotes. que él no les había ordenado.#10.1 Es difícil determinar en qué consistió este pecado. Algunos intérpretes piensan que el fuego no fue tomado del altar, contrariamente a lo establecido en Lv 16.12; otros consideran que el incienso no había sido preparado convenientemente (cf. Ex 30.9) o que la ofrenda no se presentó a la hora debida (cf. Ex 30.7-8). De cualquier manera, lo cierto es que la acción de Nadab y Abihú estaba en desacuerdo con lo que el Señor les había ordenado. 2Entonces salió fuego de la presencia del Señor#10.2 Fuego de la presencia del Señor: Esta misma expresión se encuentra en Lv 9.24, pero con un sentido diferente. Allí el fuego era una señal divina de aprobación; aquí, es el encargado de ejecutar el juicio de Dios (cf. Mt 3.12). y los quemó por completo. Así murieron ante el Señor. 3Después Moisés dijo a Aarón:
–Esto es lo que el Señor quería decir cuando dijo:
‘A los que se acercan a mí les mostraré mi santidad,
y a todos los israelitas les mostraré mi gloria.’
Aarón guardó silencio.
4Luego Moisés llamó a Misael y a Elsafán, hijos de Uziel, tío de Aarón, y les dijo:
–Venid a sacar del santuario a vuestros parientes, y lleváoslos fuera del campamento.
5Ellos se acercaron, y en sus propias túnicas se los llevaron fuera del campamento, tal como lo había ordenado Moisés.
Deberes y derechos de los sacerdotes
6Luego Moisés dijo a Aarón y a sus hijos Eleazar e Itamar:
–No os dejéis suelto el pelo ni os rasguéis la ropa en señal de luto, no sea que muráis y que Dios descargue su ira sobre la comunidad. Lo que sí deben lamentar vuestros hermanos, todos los israelitas, es que el Señor haya tenido que provocar este incendio. 7No os alejéis tampoco de la entrada de la tienda del encuentro, para que no muráis, pues vosotros habéis sido consagrados con el aceite del Señor.
Y tal como Moisés lo ordenó, así lo hicieron.
8Además, el Señor habló a Aarón y le dijo:
9“Cuando tú o tus hijos tengáis que entrar en la tienda del encuentro, no beberéis vino ni licor, no sea que muráis. Es una ley permanente, que pasará de padres a hijos, 10para que podáis distinguir entre lo sagrado y lo profano, y entre lo puro y lo impuro, 11y podáis también instruir a los israelitas en todas las leyes que el Señor os ha dado por medio de Moisés.”
12Después Moisés dijo a Aarón y a Eleazar e Itamar, los dos hijos que le quedaban a Aarón:
–Tomad la ofrenda de cereales que ha quedado de las ofrendas quemadas al Señor, y comedla sin levadura junto al altar, porque es una cosa santísima. 13Comedla en un lugar sagrado, porque eso es lo que os ha tocado a ti y a tus hijos de las ofrendas que se queman en honor del Señor.#10.12-13 Sobre la ofrenda de cereales, cf. Lv 6.14-18. Eso es lo que se me ha ordenado. 14Y el pecho, que es la ofrenda especial, y el muslo, que es la contribución, los comeréis en un lugar puro tú, tus hijos y tus hijas, porque esa es la parte que os corresponde de los sacrificios de reconciliación de los israelitas. 15El muslo, que es la contribución, y el pecho, que es la ofrenda especial, serán llevados ante el Señor y presentados como ofrenda especial, junto con las grasas que se ofrecen para ser quemadas. Esta parte será siempre tuya y de tus hijos, tal como el Señor lo ha ordenado.#10.14-15 Sobre la porción de los sacrificios que les correspondía a los sacerdotes, cf. Lv 7.28-34.
16Entonces Moisés preguntó por el chivo que se sacrifica por el pecado, y se encontró con que ya lo habían quemado. Entonces se enojó con Eleazar e Itamar, los dos hijos que le quedaban a Aarón, y les dijo:
17–¿Por qué no comisteis el sacrificio por el pecado en un lugar sagrado? Es una cosa santísima,#10.17 Lv 6.24-26. y el Señor os lo dio a vosotros para que carguéis con la culpa de la comunidad y obtengáis del Señor el perdón de sus pecados. 18Puesto que la sangre no fue llevada al interior del santuario, vosotros teníais que haber comido el sacrificio en ese lugar sagrado, tal como yo lo había ordenado.
19Aarón le contestó:
–Mira, hoy han presentado ellos ante el Señor sus sacrificios por el pecado, y sus holocaustos, y a mí me han sucedido cosas como estas. Si yo hubiera comido hoy del sacrificio por el pecado, ¿le habría agradado al Señor?
20Al oir esto, Moisés se dio por satisfecho.
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