GÉNESIS 24
24
Abraham busca esposa para Isaac#24.1-67 Este largo capítulo hace revivir usos y costumbres del antiguo mundo oriental. La referencia al matrimonio de Isaac parece insinuar que la vida de Abraham ya está cercana a su fin (cf. Gn 25.7-10). En adelante, el cumplimiento de las promesas divinas estará vinculado a la persona de Isaac y a su matrimonio con Rebeca (cf. Gn 25.11; 26.24).
1Abraham era ya muy entrado en años, y el Señor le había bendecido en todo. 2Un día llamó al más anciano de sus siervos, el que estaba al cargo de todo lo suyo, y le dijo:
–Pon tu mano debajo de mi muslo#24.2 El sentido de este gesto no está del todo claro. El hecho de poner la mano cerca de los órganos de la reproducción quizá solemnizaba un juramento relacionado con el origen y la transmisión de la vida. Cf. Gn 47.29. 3y júrame por el Señor, el Dios del cielo y de la tierra,#24.3 Dios del cielo y de la tierra: Esd 5.11; cf. Gn 14.22. que no dejarás que mi hijo Isaac se case con una mujer de esta tierra de Canaán en la que yo vivo, 4sino que irás a mi tierra y escogerás una esposa para él entre las mujeres de mi familia.#24.3-4 El matrimonio entre miembros de la propia tribu o de grupos más o menos emparentados (endogamia), ha sido una costumbre corriente en muchas sociedades. Entre los israelitas, esta práctica estaba reforzada por el deseo de preservar a la comunidad de la contaminación religiosa. Cf. Ex 34.15-16; Dt 7.3-4; Esd 9.2.
5El siervo le contestó:
–Pero si la mujer no quiere venir conmigo, ¿qué hago? ¿Debo entonces llevar a tu hijo a la tierra de donde saliste?
6Abraham le dijo:
–¡No, no lleves allá a mi hijo! 7El Señor, el Dios del cielo, que me sacó de la casa de mi padre y de la tierra de mis parientes#24.7 Cf. Gn 12.1-3. y me prometió dar esta tierra a mis descendientes,#24.7 Sobre esa promesa hecha a Abraham y a sus descendientes, véase Gn 12.2 n. también enviará su ángel#24.7 Su ángel: Véase Gn 16.7 nota c. delante de ti para que traigas de allá una esposa para mi hijo. 8Si la mujer no quiere venir contigo, quedarás libre de este compromiso, ¡pero de ninguna manera lleves allá a mi hijo!#24.6-8 ¡De ninguna manera lleves allá a mi hijo!: La vuelta de Isaac al país de sus antepasados (cf. Gn 12.1) sería lo mismo que renunciar a las promesas del Señor.
9Entonces el siervo puso la mano bajo el muslo de su amo Abraham, y le juró que haría lo que le había pedido. 10Después escogió regalos entre lo mejor que su amo tenía, tomó diez de sus camellos y se fue a la ciudad de Nahor, en Mesopotamia.#24.10 Nahor: población de Mesopotamia, no lejos de Harán. Según Gn 11.24,26, este era también el nombre del abuelo y de un hermano de Abraham. Mesopotamia: lit. Aram-naharaim: Véase Sal 60 nota d. 11Cuando el siervo llegó a las afueras de la ciudad, empezaba ya a oscurecer. A esa hora iban las mujeres a sacar agua. El siervo hizo descansar a los camellos junto a un pozo de agua, 12y comenzó a orar:#24.12 El criado de Abraham encomienda al Señor el éxito de su misión. De este modo, el narrador hace ver que el matrimonio de Isaac con Rebeca no es un mero contrato entre dos familias, o un asunto puramente humano, sino una etapa decisiva en el cumplimiento de las promesas divinas. Cf. vs. 26,50. “Señor y Dios de mi amo Abraham, haz que hoy me vaya bien, y muéstrate bondadoso con mi amo. 13Voy a quedarme aquí, junto al pozo, mientras las muchachas de este lugar vienen a sacar agua. 14Permite que la muchacha a la que yo diga: ‘Por favor, baja tu cántaro para que yo beba’, y que me conteste: ‘Bebe, y también daré agua a tus camellos’, que sea ella la que tú has escogido para tu siervo Isaac. Así podré estar seguro de que has sido bondadoso con mi amo.”#24.14 Cf. Jue 6.36-40 y 1 S 14.6-10, donde se realizan acciones similares con el objeto de conocer la voluntad divina.
15Todavía no había terminado de orar, cuando vio a una muchacha que venía con su cántaro al hombro. Era Rebeca, la hija de Betuel. Betuel era hijo de Milcá y de Nahor, el hermano de Abraham.#24.15 Cf. Gn 22.20-23. 16Rebeca era muy hermosa, y además era virgen; ningún hombre la había tocado. Bajó al pozo y llenó su cántaro, y ya regresaba 17cuando el siervo corrió a alcanzarla y le dijo:
–Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro.
18–Bebe, señor –contestó ella.
Y en seguida bajó su cántaro, lo sostuvo entre las manos y le dio de beber. 19Cuando el siervo acabó de beber, Rebeca le dijo:
–También voy a sacar agua para tus camellos, para que beban toda la que quieran.
20Rápidamente vació su cántaro en el bebedero y corrió varias veces al pozo, hasta que sacó agua para todos los camellos. 21Mientras tanto, el siervo la miraba sin decir nada, pues quería estar seguro de que el Señor había llevado a buen fin su viaje. 22Cuando los camellos acabaron de beber, el hombre tomó un anillo de oro que pesaba como seis gramos, y se lo puso a ella en la nariz.#24.22 Y se lo puso a ella en la nariz: según el texto samaritano del Pentateuco. En el texto hebreo no aparece esta frase, pero cf. v. 47. Todavía hoy, algunas mujeres del cercano Oriente llevan un anillo suspendido de la nariz. También le dio dos brazaletes de oro que pesaban más de cien gramos, 23y le dijo:
–Dime, por favor, de quién eres hija, y si hay lugar en la casa de tu padre donde mis hombres y yo podamos pasar la noche.
24Ella contestó:
–Soy hija de Betuel, el hijo de Milcá y de Nahor. 25En nuestra casa hay lugar para que pases la noche, y también suficiente paja y comida para los camellos.
26Entonces el siervo se arrodilló y adoró al Señor, 27diciendo: “¡Bendito sea el Señor, el Dios de mi amo Abraham, pues ha sido fiel y bondadoso con mi amo, y me ha dirigido en el camino a la casa de sus parientes!”
28Rebeca fue corriendo a la casa de su madre, a contar todo lo que le había pasado. 29Tenía ella un hermano llamado Labán, el cual corrió al pozo a buscar al hombre, 30pues había visto el anillo y los brazaletes que su hermana llevaba en los brazos, y le había oído contar lo que el hombre le había dicho. Labán se acercó al siervo de Abraham, que todavía estaba con los camellos junto al pozo, 31y le dijo:
–Ven, bendito del Señor. ¡Cómo vas a quedarte aquí afuera! Ya he preparado la casa y un lugar para los camellos.
32Entonces el siervo fue a la casa. Allí Labán descargó los camellos y les dio de comer, y luego trajo agua para que el siervo y sus compañeros se lavaran los pies.#24.32 Véase Gn 18.2-8 n.
33Cuando le trajeron de comer, el siervo de Abraham dijo:
–Yo no podría comer antes de haber dicho lo que tengo que decir.
–Habla –contestó Labán.
34El siervo dijo:
–Yo soy siervo de Abraham. 35El Señor ha bendecido mucho a mi amo, y le ha hecho rico: le ha dado ovejas, vacas, oro y plata, siervos, siervas, camellos y asnos. 36Además, Sara, su esposa, le dio un hijo cuando ya era muy anciana, y mi amo ha dejado a su hijo todo lo que tiene. 37Mi amo me hizo jurar, diciéndome: ‘No dejes que mi hijo se case con una mujer de esta tierra de Canaán en la que yo vivo. 38Antes bien, ve a la familia de mi padre y busca entre las mujeres de mi clan una esposa para él.’ 39Y yo le dije: ‘Mi señor, ¿y si la mujer no quiere venir conmigo?’ 40Entonces él me contestó: ‘Yo he andado por el camino del Señor, y él enviará su ángel contigo para llevar a buen fin tu viaje y para que tomes una esposa para mi hijo de entre las mujeres de mi familia, es decir, de la familia de mi padre. 41Solo en el caso de que mis parientes no quieran darte la muchacha quedarás libre del juramento que me has hecho.’
42“Así fue como hoy llegué al pozo, y en oración le dije al Señor, el Dios de mi amo Abraham: ‘Si de veras vas a llevar a buen término mi viaje, 43te ruego que ahora, estando aquí, junto al pozo, suceda que la muchacha que venga por agua y a la que yo diga: Por favor, déjame beber un poco de agua de tu cántaro, 44y que me conteste: Bebe, y también sacaré agua para tus camellos, que sea esa la mujer que tú, Señor, has escogido para el hijo de mi amo.’ 45Todavía no había yo terminado de hacer esta oración, cuando vi que Rebeca venía con su cántaro al hombro. Bajó al pozo a sacar agua, y le dije: ‘Dame agua, por favor.’ 46Ella bajó en seguida su cántaro, y me dijo: ‘Bebe, y también daré de beber a tus camellos.’ Y me dio agua, y también a mis camellos. 47Luego le pregunté: ‘¿De quién eres hija?’, y ella me contestó: ‘Soy hija de Betuel, el hijo de Nahor y de Milcá.’ Entonces le puse un anillo en la nariz y dos brazaletes en los brazos, 48y me arrodillé y adoré al Señor; alabé al Señor, el Dios de mi amo Abraham, por haberme traído por el buen camino para tomar la hija del pariente de mi amo para su hijo. 49Ahora pues, decidme si vais a ser buenos y sinceros con mi amo; y si no, decídmelo también, para que yo sepa lo que debo hacer.”
50Entonces Labán y Betuel le contestaron:
–Todo esto viene del Señor, y nosotros no podemos decirte ni sí ni no. 51Mira, aquí está Rebeca; tómala y vete. Que sea la esposa del hijo de tu amo, tal como el Señor lo ha dispuesto.
52Cuando el siervo de Abraham oyó estas palabras, se arrodilló delante del Señor hasta tocar el suelo con la frente. 53Luego sacó varios objetos de oro y plata, y vestidos, y se los dio a Rebeca. También a su hermano y a su madre les hizo regalos. 54Después él y sus compañeros comieron y bebieron, y pasaron allí la noche. Al día siguiente, cuando se levantaron, el siervo dijo:
–Dejadme regresar a la casa de mi amo.
55Pero el hermano y la madre de Rebeca le dijeron:
–Que se quede la muchacha con nosotros todavía unos diez días, y después podrá irse contigo.
56Pero el siervo les dijo:
–No me detengáis más. Dios ha llevado mi viaje a buen término, así que dejadme regresar a la casa de mi amo.
57Entonces ellos contestaron:
–Llamemos a la muchacha, a ver qué dice.
58Llamaron a Rebeca y le preguntaron:
–¿Quieres irte con este hombre?
–Sí –contestó ella.
59Entonces dejaron ir a Rebeca y a la mujer que la había cuidado siempre, y también al siervo de Abraham y a sus compañeros. 60Y bendijeron a Rebeca de esta manera:
“Oh, hermana nuestra,
¡que seas madre de muchos millones!
¡Que tus descendientes
conquisten las ciudades#24.60 Conquisten las ciudades: lit. posean las puertas: Véase Gn 22.17 n. de sus enemigos!”
61Entonces Rebeca y sus siervas montaron en los camellos y siguieron al siervo de Abraham. Así fue como el siervo tomó a Rebeca y salió de allí.
62Isaac había vuelto del pozo llamado “El que vive y me ve”,#24.62 “El que vive y me ve”: Véase Gn 16.13 n. pues vivía en la región del Négueb. 63Había salido a dar un paseo#24.63 A dar un paseo: traducción probable; el texto hebreo emplea un verbo de significado incierto. al anochecer. En esto vio que unos camellos se acercaban. 64Por su parte, Rebeca también miró y, al ver a Isaac, se bajó del camello 65y preguntó al siervo:
–¿Quién es ese hombre que viene por el campo hacia nosotros?
–Es mi amo#24.65 Es mi amo: Al término de su viaje, que pudo haber durado hasta dos meses, el siervo da el título de amo a Isaac. Tal vez el texto sugiere que, entre tanto, Abraham había muerto, dejando a Isaac como nuevo jefe del clan. –contestó el siervo.
Entonces ella tomó su velo y se cubrió la cara.
66El siervo contó a Isaac todo lo que había hecho. 67Luego Isaac llevó a Rebeca a la tienda de campaña de su madre Sara, y se casó con ella. Isaac amó mucho a Rebeca, y así se consoló de la muerte de su madre.
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