SALMOS 18:34-45
SALMOS 18:34-45 RV2020
quien adiestra mis manos para la batalla, para tensar con mis brazos el arco de bronce. Me diste, asimismo, el escudo de tu salvación; tu diestra me sustentó y tu benignidad me ha engrandecido. Ensanchaste mis pasos debajo de mí y mis pies no han resbalado. Perseguí a mis enemigos y los alcancé; no volví hasta acabarlos. Los herí de modo que no se levantaran; cayeron debajo de mis pies, pues me has revestido de fuerzas para el combate; has humillado a mis enemigos debajo de mí. Has hecho que mis enemigos me vuelvan las espaldas, para que yo destruya a los que me odian. Clamaron, y no hubo quien los salvara. Al Señor clamaron, pero no les respondió. Los molí como polvo delante del viento; los pisoteé y lancé afuera como a lodo de las calles. Me has librado de las contiendas del pueblo; me has hecho cabeza de las naciones; pueblo que yo no conocía me sirvió. Al oír de mí, me obedecieron; los hijos de extraños se sometieron a mí. Los extraños se debilitaron y salieron temblando de sus encierros.