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PROVERBIOS 30:1-19

PROVERBIOS 30:1-19 RV2020

Palabras de Agur hijo de Jaqué. La profecía que dijo este hombre a Itiel, a Itiel y a Ucal. Ciertamente, yo soy más rudo que nadie: no tengo entendimiento humano. No aprendí sabiduría ni conozco la ciencia del Santo. ¿Quién subió al cielo y descendió? ¿Quién encerró los vientos en sus puños? ¿Quién recogió las aguas en un paño? ¿Quién afirmó todos los confines de la tierra? ¿Cuál es su nombre, y el nombre de su hijo, si es que lo sabes? Toda palabra de Dios es limpia; él es escudo para los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda y seas hallado mentiroso. Dos cosas te he pedido, no me las niegues antes de que muera: Vanidad y mentira aparta de mí, y no me des pobreza ni riquezas, sino susténtame con el pan necesario, no sea que, una vez saciado, te niegue y diga: «¿Quién es el Señor?», o que, por ser pobre, robe y blasfeme contra el nombre de mi Dios. No acuses al siervo ante su señor, no sea que te maldiga y lleves el castigo. Hay generación que maldice a su padre y que a su madre no bendice. Hay generación limpia en su propia opinión, si bien no se ha purificado de su inmundicia. Hay generación de ojos altivos y párpados altaneros. Hay generación cuyos dientes son espadas y sus muelas cuchillos, para devorar a los pobres de la tierra y a los menesterosos de entre los hombres. La sanguijuela tiene dos hijas que dicen: «¡Dame, dame!». Tres cosas hay que nunca están hartas, y aun la cuarta nunca dice: «¡Basta!»: el seol, la matriz estéril, la tierra, que no se sacia de agua, y el fuego, que jamás dice: «¡Suficiente!». Al que se burla de su padre y menosprecia la enseñanza de la madre, que los cuervos de la cañada le saquen los ojos y que lo devoren las crías del águila. Tres cosas me son ocultas, y una cuarta tampoco conozco: el rastro del águila en el aire, el rastro de la culebra sobre la peña, el rastro del barco en alta mar y el rastro del hombre en la muchacha.