MATEO 24:23-51
MATEO 24:23-51 RV2020
Entonces, si alguno os dice: «Mirad, aquí está el Cristo» o «Mirad, allí está», no lo creáis, porque se levantarán falsos cristos y falsos profetas y harán grandes señales y prodigios, de tal manera que engañarán, si es posible, incluso a los escogidos. Ya os lo advierto antes. Así que, si os dicen: «Mirad, está en el desierto», no salgáis; o «Mirad, está en los aposentos», no lo creáis, porque igual que el relámpago sale del oriente y se muestra hasta el occidente, así será también la venida del Hijo del Hombre. Porque donde esté el cuerpo muerto se juntarán las águilas. Inmediatamente después de la tribulación de aquellos días, el sol se oscurecerá, la luna no dará su resplandor, las estrellas caerán del cielo y las potencias de los cielos serán conmovidas. Entonces aparecerá la señal del Hijo del Hombre en el cielo, todas las tribus de la tierra se lamentarán y verán al Hijo del Hombre venir sobre las nubes, con poder y gran gloria. Enviará sus ángeles con resonante trompeta y juntarán a sus escogidos de los cuatro vientos, desde un extremo del cielo hasta el otro. Aprended de la higuera esta parábola: Cuando ya su rama está tierna y brotan las hojas, sabéis que el verano está cerca. Así también vosotros, cuando veáis todas estas cosas, conoced que está cerca, a las puertas. Os aseguro que no pasará esta generación hasta que todo esto acontezca. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Pero nadie sabe el día ni la hora, ni aun los ángeles de los cielos; solo mi Padre. La venida del Hijo del Hombre será como en los días de Noé. Porque en los días anteriores al diluvio y hasta el momento en que Noé entró en el arca, la gente no dejó de comer ni de beber ni de casarse. Y no entendieron nada hasta que vino el diluvio y se los llevó a todos. Así será también la venida del Hijo del Hombre. Entonces estarán dos en el campo: uno será tomado y el otro será dejado. Dos mujeres estarán moliendo en un molino: una será tomada y la otra será dejada. Velad, pues, porque no sabéis a qué hora ha de venir vuestro Señor. Pero sabed que si el dueño de la casa conociera la hora en que el ladrón habría de venir, velaría y no lo dejaría entrar en su casa. Por tanto, también vosotros estad preparados, porque el Hijo del Hombre vendrá a la hora en que menos pensáis. ¿Quién es, pues, el siervo fiel y prudente a quien puso su señor sobre los de su casa para que les dé el alimento a tiempo? Dichoso aquel siervo a quien su señor encuentre obrando así cuando venga. Os aseguro que le encomendará todos sus bienes. Pero si otro siervo es malo y piensa en su interior «Mi señor se retrasa en venir» y comienza a golpear a sus consiervos y aun a comer y a beber con los borrachos, pues el señor de este siervo vendrá un día en que no lo espera y a una hora que no sabe, lo castigará duramente y compartirá su suerte con los hipócritas. Allí será el lloro y el rechinar de dientes.