MATEO 11:1-18
MATEO 11:1-18 RV2020
Cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y a predicar en las ciudades de la región. Juan, que estaba en la cárcel, había oído los hechos de Cristo y envió a dos de sus discípulos para preguntarle: —¿Eres tú aquel que había de venir o esperaremos a otro? Jesús les respondió: —Id y haced saber a Juan las cosas que oís y veis. Los ciegos ven, los cojos andan, los leprosos quedan limpios, los sordos oyen, los muertos son resucitados y a los pobres es anunciado el evangelio; y dichoso es el que no halle tropiezo en mí. Mientras ellos se iban, comenzó Jesús a hablar de Juan a la gente: —¿Qué salisteis a ver al desierto? ¿Una caña sacudida por el viento? ¿O qué salisteis a ver? ¿A un hombre cubierto de vestiduras delicadas? Los que llevan vestiduras delicadas están en los palacios de los reyes. Pero ¿qué salisteis a ver? ¿A un profeta? Sí, os digo, y más que profeta, porque este es de quien está escrito: Yo envío mi mensajero delante de ti, el cual preparará tu camino. Os aseguro que entre los que nacen de mujer no se ha levantado otro mayor que Juan el Bautista; y, sin embargo, el más pequeño en el reino de los cielos es mayor que él. Desde los días de Juan el Bautista hasta ahora, el reino de los cielos sufre violencia y los violentos lo arrebatan. Todos los profetas y la ley lo profetizaron hasta Juan. Y si queréis recibirlo, él es aquel Elías que había de venir. El que tiene oídos para oír, oiga. Pero ¿a qué compararé esta generación? Es semejante a los muchachos que se sientan en las plazas y gritan a sus compañeros: «Tocamos la flauta para vosotros y no bailasteis; entonamos canciones de duelo y no llorasteis», porque vino Juan, que ni comía ni bebía, y dicen: «Demonio tiene».